Es claro que el mercado laboral presenta profundas diferencias en su seno entre los distintos grupos que lo componen. Uno de ellos, de suma vulnerabilidad en el mundo no sólo en Argentina, es el de los jóvenes que sufren al momento de incorporarse a la actividad para conseguir su primer puesto de trabajo. Algo similar ocurre con las mujeres, también maltratadas por el mercado.
Los datos presentados ayer por el Instituto Nacional De Estadísticas y Censos (Indec) a través de la difusión de los Indicadores Socioeconómicos del Mercado de Trabajo, demuestran que la desocupación se está convirtiendo nuevamente en un tema sensible en materia social, y mucho más la desocupación juvenil y entre las mujeres.
La desocupación para el segundo semestre del año se ubicó en el 9,3% y de a poco va arañando los dos dígitos, una previsible meta que ya habíamos anunciado en estas páginas al asumir Mauricio Macri.
Sin embargo, si uno mira la desocupación por género encuentra que entre las mujeres golpea mucho más fuerte. Mientras que entre los hombres la media es de 8,5%, entre las mujeres es de 10,5%.
Un verdadero salto se da entre los jóvenes. Es que el desempleo entre los menores de 29 años se multiplica. Entre los hombres menores de 29 años la desocupación alcanza el 16,6%, casi duplicando la media para el género y entre las mujeres de menos de 29 años se ubica en 22,5%, superando todas las previsiones.
La falta de políticas públicas activas para defender los grupos de mayor vulnerabilidad provocan situaciones abusivas. Esto es lo que experimentan hoy jóvenes y en especial las mujeres jóvenes que deben padecer índices alarmantes que los marginan de la chance de conseguir un puesto de trabajo formal.