Winery, la mayor cadena de vinotecas del país perteneciente a la familia Chmea, está en crisis y ya lo sienten sus empleados. Con una deuda de $650 millones, según publicó el portal iProfesional, comenzó a reducir su personal y en la última semana ya despidió a medio centenar de trabajadores.
Fundada en 1999, hoy cuenta con 21 locales: 16 en Capital Federal; tres en el Gran Buenos Aires y dos en el interior, en Neuquén y Mendoza, Winery fue creada por los hijos del fundador de la marca de indumentaria Chemea.
El viernes pasado comenzaron a enviar los telegramas de despidos. A los trabajadores les proponen pagar solo el 50% de la indemnización, según admiten los propios ex empleados, amparados en la crisis de la firma.
A esas cesantías, se suman los reclamos de empleados que fueron contratados en forma temporaria en diciembre y a quienes, según ellos admiten, no les pagaron el sueldo.
Por ese motivo, los trabajadores protestaron en la puerta de algunos locales y del depósito ubicado en la localidad de Tigre, según relató BAE Negocios.
A todos estos problemas hay que sumarles las deudas que tienen con sus proveedores. Según iProfesional, la empresa está en rojo con las principales bodegas del mercado local y por estos días agota las instancias para evitar la quiebra.