La carrera de investigador en el Conicet es ardua. Son muchos años, con distintos pasos y evaluaciones periódicas que deben superarse, para finalmente lograr el ingreso a planta del organismo más importante de ciencia y tecnología del país. El año pasado del total de los postulantes, 900 lograron superar el último escollo. Tras cruzar la meta del concurso, en el que se evalúan no sólo los antecedentes sino también las propuestas de trabajo, este año deberían efectivizarse los ingresos, pero eso no ocurrió.
Del universo de investigadores ingresantes, pasados ya 14 días del tan ansiado segundo semestre, sólo 50 fueron incorporados al plantel del organismo. Los otros casi 850 permanecen en un extraño limbo en el que son virtualmente investigadores, pero no tienen ni nombramiento, ni estabilidad, ni seguridades sociales, ni derechos laborales, ni ingreso acorde.
Esa situación hasta hoy no tiene respuestas desde el área de Recursos Humanos del Conicet. La información extraoficial habla de una “segunda tanda” de concursados que ya estaría lista para el pasaje a planta, sin embargo eso mismo lo vienen repitiendo los últimos tres meses, pero no se concreta.
En las últimas horas desde el organismo ratificaron que la demora se debe a un «procedimiento de revalidación de los concursos» que se originó desde el Ministerio de Modernización. Claro que la preocupación de los investigadores crece, en el marco de los despidos masivos en el Estado, promovidos esa misma cartera.
Dora Barrancos, directora de Conicet, remarcó esta semana: «Es importante aclarar que el concurso fue resuelto el año pasado y que los recursos y las partidas están. Lo que estamos esperando es la autorización del Ministerio de Modernización». Pero desde Modernización relativizaron la afirmación de Barrancos a Telam. «La demora se debe a que ahora los ingresos y concursos deben pasar por el Ministerio, que está chequeando la legalidad de los concursos», reconocieron y sumaron incertidumbre.
Adicionalmente vale mencionar que la carrera de investigador no se enmarca en la Administración Pública, por lo que debería haber quedado fuera de la revisión general que hizo el ministerio de Andrés Ibarra. Como si fuera poco, los plazos en los que por decreto se dispuso la revisión de la planta estatal ya vencieron.
Un hecho que agrava el fenómeno, es que el organismo es sumamente restrictivo respecto de la política de cargos, por lo que la mayoría de los investigadores tuvieron que renunciar a puestos en Universidades y no tienen otros ingresos para poder matizar la espera. En ese contexto se trata de 850 familias que están padeciendo la “demora administrativa”.
Para visibilizar el problema y empezar a organizarse, los científicos convocan a una movilización el próximo jueves 21 de julio, en el que pedirán ser recibidos por el presidente de Conicet, Alejandro Ceccatto, para exigirle la efectivización de todos los concursos ganados el año pasado