Diputados sancionó la esperada reforma del impuesto a las ganancias, tras un mes de idas y vueltas y una pelea que incluyó a los principales referentes políticos del país, sindicatos y gobernadores.
El condimento final lo puso el kirchnerismo, que dejó sus bancas vacías en repudio a que se desechara el proyecto aprobado hace 15 días por toda la oposición, tras un acuerdo cerrado por medio Gabinete nacional en la casa de Sergio Massa.
«Es peor que el primero que había mandado el Gobierno», afirmó Héctor Recalde, que reclamaba votar el proyecto que había sido aprobado en Diputados hace dos semanas tras un acuerdo opositor, que era superior pero que no consiguió apoyo en la Cámara Alta tras los aprietes de los Gobernadores.
Los únicos del FpV-PJ presentes al momento de la votación fueron los sanjuaninos José Luis Gioja, Ramón Tovares, Graciela Caselles y Sandra Castro. «Si el Gobierno abría una negociación política con las provincias, esto se resolvía antes», se lamentó Gioja.
El proyecto finalmente sancionado eleva el mínimo imponible a 37 mil brutos para casados con dos hijos (30 mil de bolsillo) y 27 mil para solteros (23.500 netos) con deducciones a hijos de 18 años, hijastros, conyugues, por material didáctico de docentes o residencia en la Patagonia, donde los topes se elevan un 22%.
También se deducen horas extras en feriados y fines de semana, mientras que el resto no podrán alterar la escala del impuesto. Y se aprovecha la ocasión para actualizar los valores del monotributo: se elevan un 75%, hasta 700 mil para servicios y 1.050.000 para bienes inmuebles. Subirán en la misma proporción las tasas de los inscritos.
Para afrontar el costo fiscal, se creó un «impuesto específico sobre la realización de apuestas» que grava la realización de apuestas a través de máquinas electrónicas de juegos de azar, con una alícuota de 0,75 por ciento sobre la base imponible respectiva, equivalente al valor de cada apuesta.
Mientras que en el caso del impuesto indirecto sobre apuestas online, la alícuota será del 2 por ciento sobre el valor bruto de cada apuesta. Además, la alícuota de Ganancias sube a 41.5%, la más alta para cualquier actividad, motivo de protestas en las salas de juego de todo el país.
Se estableció un Impuesto Extraordinario a las Operaciones Financieras Especulativas (Dólar Futuro) y un impuesto para el pago de IVA a los extranjeros que tengan actividad en el país.
El debate duró sólo dos horas, porque los diputados estaban visiblemente apurados para retornar a sus provincias.
El macrista Luciano Laspina, presidente de la comisión de Presupuesto y uno de los protagonistas de la negociación, aseguró que el proyecto «viene a reparar una injusticia histórica, las profundas inequidades y distorsiones que se fueron generando los últimos años» contra los trabajadores.
Héctor Daer, diputado massista, cerró el círculo luego de haber negociado como miembro del triunvirato que conduce la CGT el borrador a aprobar en el Senado. El dirigente de Sanidad aseguró estar «convencido de que fuimos en el buen camino, que encontramos el punto posible. Venimos a ratificar lo mismo que dijimos públicamente y en las discusiones con ministros del Gobierno, lo vengo a ratificar como miembro de esta Cámara y como secretario general de la CGT».
Extrañamente también voto a favor del proyecto Facundo Moyano, quien al conocer el borrador acordado por la CGT y el Gobierno había dicho públicamente que era «como mínimo, malo».
El titular del bloque justicialista, Oscar Romero, acusó al Gobierno de no estar dispuesto a tratar ganancias este año. «Es así que un grupo de residentes de bloques decidimos solicitar una sesión especial y a partir de ahí el Ejecutivo se avino a acordar una sesión extraordinaria con un tema específico que era Ganancias», dijo Romero.
Nestor Pitrola, diputado de la izquierda negó que 400 mil trabajadores menos paguen el impuesto el año que viene y explico que «si tenemos una modestísima paritaria del 25 por ciento más salarios pagaran Ganancias». Curioso: los cuatro diputados del Frente de Izquierda fueron los únicos que votaron en contra el proyecto. «Que quede constancia de que no lo hacemos porque estamos en contra de los trabajadores», aclaró Juan Carlos Giordano.
Como en el Senado, los puntanos (Berta Arenas y Luis Lusquiños) se abstuvieron, molestos por la plata que pierde su provincia. También Alcira Argumedo, leal a Fernando «Pino» Solanas.