La Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma acompañó y respaldó con un comunicado la denuncia pública realizada ante las amenazas sufridas por el Rubén Ortiz, secretario adjunto de la CTA- Autónoma de Misiones, y su familia.
La CTA en su comunicado hace responsable a la firma que “durante años ha sembrado el miedo sobre los trabajadores tareferos y campesinos del lugar”. De esta manera, repudió el hecho “por tratarse de maniobras intimidatorias que pretenden amedrentar la lucha por la tierra y la organización de los trabajadores de la yerba mate”.
El docente de Historia aseguró que si bien ha sufrido este tipo de prácticas intimidatorias en el pasado, esta vez, lo llamaron telefónicamente unas 20 veces el jueves último, a los tres teléfonos con los que cuenta su grupo familiar, según informó el portal MisionesCuatro.
“Las llamadas refieren a la tarea que llevamos a cabo como militantes, de alguien que se hacía llamar Jorge Crespo. No conozco a nadie con ese nombre y lo hacía desde la empresa La Misionera”, dijo Ortiz sobre las amenazas sufridas.
El dirigente del Movimiento Pedagógico de Liberación (MPL), detalló que esta empresa posee 50 mil hectáreas en la zona de Caraguatay (Alto Paraná), de las cuales unas 300 todavía están siendo cultivadas con yerba mate. “Hemos detectado muchísimo trabajo esclavo y sé que ellos tienen dificultades de tierras, con tareferos que han ocupado terrenos en esa zona”, detalló el dirigente.
Ortiz también relató que la Comisaría de Montecarlo se negó a tomar la denuncia el viernes pasado, aduciendo que no estaba el oficial de turno. “Pero las llamadas fueron durísimas el sábado e hicimos públicas las denuncias. Así, el domingo vinieron policías a decirme que podía radicar la denuncia”, relató Ortiz, en tono crítico hacia el trabajo policial. El dirigente precisó que hubo un “trabajo de inteligencia” por parte de las personas que buscan intimidarlo a él y a su familia.
Ortiz explicó que Misionera SA “es la dueña de Caraguatay”, y en los últimos tiempos, “tienen conflicto con un grupo de tareferos que no tienen de qué vivir y han empezado a plantar alimentos en tierras privadas”. Finalmente, el dirigente dejó en claro que los que lo amenazan en forma anónima no van a lograr amedrentarlo y que no dejarán la labor en la Escuela de Formación Política para campesinos de la zona.
“Ahí, se enseña a organizarse. No tengo nada que esconder, mi rol es de educador. Creo que el miedo (que infunden) estos grupos, son para que el grupo de docentes cierren esa escuela. Molesta que la gente se organice. Cuando la gente aprende derechos, empieza a actuar. Vamos a ir a que nos proteja el Ministerio de Gobierno, no es la primera vez que nos pasa. No queremos terminar como vecinos acá. En Montecarlo hubo casos de sicariato (asesinato de personas) que nunca se resolvieron”, puntualizó el dirigente.