La Casa Rosada ya fijó dos variables centrales para los convenios paritarios 2019: acuerdos anuales y con cláusula de revisión, en caso de que la suba salarial quede superada por la inflación.
La tercera variable será no cerrarse a un índice homogéneo para todo el mercado de trabajo. «Serán paritarias diferentes en función de los distintos niveles de actividad», afirman.
Según el criterio oficial, que dejó trascender Dante Sica desde las páginas de Clarín, «los sindicatos deberán ver que el salario que pidan se pueda pagar y que la empresa o sector de la actividad tenga margen para absorberlo». Esto hará, siempre según el Gobierno, que se produzca «mucha dispersión en materia salarial. Todo va a depender del nivel de actividad».
El porcentaje del 23 tiene un origen concreto: es la inflación prevista para 2019 por la ley de Presupuesto. Sin embargo, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que elabora el Banco Central, y que se conoció a principios de este mes, estima una inflación del 27,5% para 2019.
En esa línea, plantean que hay sectores con más margen para negociar salarios que otros. En ese pelotón mencionan al turismo, a los servicios basados en el conocimiento (software), el agro, carnes blancas, la energía y la minería.