Los trabajadores se movilizaron hacia el edificio de Perú 160, donde los dirigentes explicaron que «los resultados de la inscripción en línea evidenciaron que el gobierno metropolitano clausuró otra vez la posibilidad de miles de niños, cuyas familias solicitan un lugar en la educación estatal», según afirmó el secretario general de la organización, Eduardo López.
El dirigente también demandó más presupuesto, un reajuste salarial acorde a los niveles inflacionarios, el boleto educativo sin exclusiones y la incorporación a ese beneficio de los educadores.
Las variadas áreas, niveles y modalidades de la educación pública plantearon «el cese de la persecución a quienes reclaman por sus derechos; el no desmantelamiento de la Junta de Programas Socioeducativos y garantías de estabilidad laboral; la reglamentación de la Ley de Educación No Formal; la continuidad del Plan Fines y las iniciativas nacionales; la negativa al vaciamiento del Programa Campamentos Escolares y el fin de la injerencia de empresas privadas y ONGs en la educación pública».
López reclamó el funcionamiento de una mesa de trabajo para construir los perfiles del Programa Orquestas; la apertura del registro de bachilleratos populares; el reconocimiento del personal de la planta funcional que contiene a la pareja pedagógica; el cese del desfinanciamiento de la educación técnica y el cumplimiento de la Ley 26.058 de Educación Técnica Profesional y de la inversión prevista por esa norma.
La UTE exigió del mismo modo becas colectivas; boleto estudiantil para los profesorados; apertura de espacios institucionales de investigación y extensión; creación del cargo de director en el nivel secundario y de los auxiliares pedagógico y administrativo; la titularización en primaria e inicial de las escuelas normales; creación de escuelas primarias en la zona sur y aprobación del proyecto de ley de Horas Institucionales en cargos curriculares.