Pasaron sesenta días sin producción. Ese fue el marco de las plantas MQ200 de la automotriz Volkswagen en la ciudad de Córdoba. El desconcierto es único para los trabajadores del sector, que vivieron en 2016 estricto, entre suspensiones, retiros voluntarios y todas las firmas vinculadas a la industria, a excepción de Toyota, “acomodaron su producción a la baja”.
Tal vez en ese marco pueda entenderse que el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) anunciara ayer, que la empresa de origen alemán decidiera “no suspender trabajadores hasta fin de año”, cuando restan poco más de dos semanas para el brindis de cierre de 2016, como si fuera un logro.
“Esto marca la pauta de lo que fue el año. Lo sufrimos, la sensación de desconcierto por lo vivido fue muy grande. Por eso es importante” graficó el vocero del gremio, Leonardo Almada, quien dijo que se contabilizan “más de mil trabajadores” menos en la industria y que es necesario “poner en contexto los daños de esta crisis”.
El panorama a futuro no pinta tampoco alentador, según confió Almada al programa Cara y Cruz, de radio Universidad. “Los proyectos son para fines de 2017, principios de 2018, para la reactivación falta mucho. Lo mejor que podemos esperar este año es no movernos de dónde estamos” concluyó.