La empresa bonaerense concentró para sí todas las trasgresiones e ilegalidades posibles a lo largo de los últimos años. La última novedad fue el despido de palabra de toda su planta de trabajadores sin causa y de palabra. Aseguran que Carboquímica del Paraná SA está clausurada por malas condiciones laborales, problemas de seguridad e higiene y desastre ambiental pero sigue produciendo mientras tiene trabajadores en forma irregular. Un lujo.
La empresa ubicada en el partido bonaerense de Ramallo produce químicos como los aceites fenolado, solway y de antraceno estaba clausurada por el Organismo para el Desarrollo Sostenible (OPDS) por serias faltas en Seguridad e Higiene, pero siguió produciendo de todas formas.
Según consignó el diario El Norte, este miércoles Carboquímica le mostró a todos sus trabajadores una fotocopia del despido general y les dijeron que pasaran por la administración para recibir la liquidación final.
«Nos echaron, nos hicieron trabajar todo el día como perros y cuando nos íbamos nos mostraron una fotocopia de despido sin causa, sin ningún motivo.», afirmó uno de sus trabajadores al mismo medio.
Habrían conservado al personal jerárquico y al de empresas contratistas: «A ellos no los echaron», dijo el trabajador, quien también aseguró que no cuentan con apoyo de ningún gremio y que mañana van a presentarse con representación legal al Ministerio de Trabajo para poder defenderse.
«Produjeron con la empresa clausurada, tienen gente trabajando en negro. Hoy nos amenazaron con llamar a la policía.», denunció y agregó «Mientras no llegue el telegrama, nos vamos a presentar a trabajar».
En noviembre de 2019 por la delegación San Nicolás del Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires luego de constatar mediante una inspección serias irregularidades en materia de seguridad e higiene ordenó clausurar la planta.
En mayo de este año la condenó al “cese de actividad contaminante y a realizar tareas de recomposición ambiental”. Según la organización ambiental que llevó el caso a la justicia, la ONG Fomea, la empresa condenada “generó un desastre ambiental en las costas del río Paraná, contaminando severamente con restos del destilado de alquitrán de hulla un amplio sector de aledaño a la planta, afectando suelo, barrancas, bosques nativos, humedales y el propio curso del río Paraná, la contaminación constatada afectó la biodiversidad de ese valioso entorno natural”.