Guillermo Pereyra, un dirigente que supo ser un puntal de la CGT Azopardo y senador nacional, ya puso fecha a los comicios y dejará la conducción del sindicato de petroleros más importante de la Argentina el próximo 20 de octubre. Fin de una era.
Con el guiño oficial para reactivar los comicios sindicales, ya se largaron las carreras para renovar las conducciones cuyos mandatos se encontraban prorrogados. Y el Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa puso fecha.
Las elecciones de la organización gremial más grande del país en el sector hidrocarburífero serán el 20 de octubre próximo, según definió la Junta Electoral en estricto cumplimiento de los estatutos del sindicato.
La cita marcará el fin de 39 años de mandatos consecutivos de Guillermo «Caballo» Pereyra, un dirigente que supo construir su poder desde la Patagonia y logró colarse en las discusiones políticas y gremiales en las más altas esferas nacionales.
Con 78 años, Pereyra dará un paso al costado y, como había adelantado InfoGremiales, promocionará la lista que encabezará Marcelo Rucci, un dirigente con el que mantuvo una relación tensa pero constante en los últimos años.
“Marcelo es un hombre leal, joven y una experiencia magnífica en su gestión al frente del municipio de Rincón de los Sauces. Es una persona con trayectoria y profundo conocimiento del sector; se trata de la persona adecuada para los tiempos que se vienen en la industria”, dijo Pereyra en una de las asambleas realizadas en las últimas horas.
Pereyra llegó a ser secretario Adjunto de la CGT Azopardo entre 2012 y 2016 acompañando a Hugo Moyano y entre 2013 y 2019 ocupó una banca en la cámara alta, de la mano del Movimiento Popular Neuquino.
El tramo final de su carrera lo marcó su relación con Mauricio Macri, al que lo acompañó en varias comitivas oficiales para atraer inversiones a Vaca Muerta y la firma de lo que fue la adenda Vaca Muerta, señalada como una claudicación ante la presión por una reforma laboral desde el Ejecutivo.
La salida de Pereyra de la conducción de los petroleros configura el fin de uno de los mandatos más largos con vigencia en el mundo sindical vernáculo.
Como pago chico, el petrolero se queda con el control de la mutual gremial. Fue reelecto como presidente hace algunos meses en lo que fuera el paso previo a su salida del sindicato.
Además, implica la renovación en la cúpula de un gremio de una actividad estratégica, con un poder de fuego incalculable, una influencia poderosa en la región patagónica y en el que empieza a sentirse con fuerza la recuperación de la actividad.