El contenido del celular secuestrado a un ex director de la AFIP arrastra a un problema judicial al líder del gremio del Turf que pagó el impuesto a la riqueza

Carlos Felice, secretario general de la Unión de Trabajadores del Turf y Afines (UTTA) y una figura destacada del ámbito sindical y social en Santa Fe, enfrenta un escrutinio judicial que pone en tela de juicio el origen de su fortuna. El sindicalista, también responsable de la obra social del Turf OSPAT, es investigado por presuntas irregularidades en el manejo de su patrimonio, en el marco de un caso que involucra a su contador personal y exdirector regional de la AFIP, Carlos Andrés Vaudagna.

Carlos Felice, conocido por su participación activa en el mundo del turf como dirigente gremial, es también propietario del Haras El Ángel de Venecia y ha logrado destacarse con caballos que han triunfado en competencias como el Gran Premio Carlos Pellegrini, el evento más prestigioso del calendario hípico argentino. Sin embargo, sus actividades empresariales y financieras están siendo objeto de investigaciones por presunta evasión fiscal, transferencias de dinero al exterior y utilización de fideicomisos en paraísos fiscales.

El caso se originó a partir del contenido del teléfono celular de Carlos Vaudagna, quien fuera director regional de la AFIP en Santa Fe y Rosario entre 2010 y 2020. En los mensajes analizados, Vaudagna aparece gestionando el patrimonio de Felice, incluyendo transferencias de dinero desde cuentas en Nueva York, la creación de fideicomisos en las Islas Cook y contactos con abogados en Estados Unidos para movimientos financieros. Según los fiscales federales, hay pruebas de que Vaudagna actuó como gestor personal de Felice mientras ocupaba su cargo en el organismo fiscal.

Uno de los puntos más controvertidos es el presunto pago del impuesto a la riqueza por parte de Felice en 2021. Según los chats, Vaudagna le pidió transferir «100» (se presume, 100 mil dólares) para afrontar este tributo extraordinario, destinado a quienes declaraban bienes superiores a los 200 millones de pesos. Este hecho no solo confirma la magnitud de la fortuna del sindicalista, sino que también pone bajo la lupa el origen de dichos bienes.

La trayectoria de Carlos Felice parece salida de un guion cinematográfico. Según quienes lo conocen, comenzó a trabajar a los 13 años en el Hipódromo de Santa Fe, donde su padre integraba la comisión directiva. Logró llegar a la secretaría del Sindicato del Turf en la provincia y, más tarde, a liderar la Unión de Trabajadores del Turf y Afines (UTTA) a nivel nacional.

El control de OSPAT, la obra social de los trabajadores del Turf, fue clave en su ascenso económico y social. Según informó La Política Online, desde allí, Felice se consolidó como una figura destacada del establishment santafesino, codeándose con empresarios, políticos y dirigentes sindicales. Su influencia se extiende al mundo deportivo, habiendo patrocinado al club Unión de Santa Fe a través de OSPAT, cuya publicidad figura en la camiseta del equipo.

La investigación judicial ha puesto el foco en el estilo de vida de Felice, que incluye una mansión frente a la residencia del exgobernador Carlos Reutemann, viajes frecuentes entre Santa Fe, Buenos Aires y Estados Unidos, y un haras con más de 60 caballos pura sangre. Según se informó, en 2022 trasladó tres ejemplares a Estados Unidos para competir, un lujo que pocos empresarios del turf pueden permitirse.

El contenido del teléfono de Vaudagna también revela que, tras el divorcio de Felice, el exdirector de la AFIP gestionó la creación de fideicomisos para sus hijos en las Islas Cook y realizó maniobras para ocultar bienes. Además, se detectaron facturas emitidas por mutuales vinculadas a Vaudagna a OSPAT, lo que sugiere posibles irregularidades en el manejo de fondos.

El caso Felice está siendo investigado por al menos cinco fiscalías federales en Rosario, Santa Fe, Reconquista y Buenos Aires, con un foco particular en determinar la licitud de su patrimonio y las maniobras financieras realizadas con la complicidad de Vaudagna. Este último, además de estar acusado de asesorar a empresas para evadir impuestos, habría utilizado su posición en la AFIP para beneficiar a Felice y a otros empresarios.

El fiscal federal Walter Rodríguez lidera una de las investigaciones más avanzadas, que incluye el análisis de transacciones internacionales y el presunto uso de sociedades fantasma para la compra de bienes. La investigación será para largo.