Claudia Lazzaro propone la cita en la sede de CABA de la Asociación del Personal Superior de Empleados de Energía (APSEE). Se encuentra en una sala de reuniones con otras tres compañeras. Arreglan para verse al finalizar la entrevista pero avisan que pueden esperar hasta las 18 hs. «Me incomoda ponerle horarios a las personas que conozco hace tanto pero no me queda otra». Su agenda, que ya contaba con varias entradas, se volvió aún más apretada desde el momento que la subsecretaria de Igualdad y Diversidad del Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires, Lucía Portos, le ofreció la dirección de Políticas para la Equidad, Formación Laboral y Políticas de Cuidado.
E: ¿Cuáles son tus expectativas con este nuevo puesto?
CL: Uffff? lo que pasa es que vos decís «puesto» y yo no lo veo como?
E: ¿…Nueva función?
CL: Ni función. Yo lo veo como que es algo que nosotras veníamos hablando y escribiendo desde Mujeres Sindicalistas cuando nos juntábamos con mujeres de las centrales como la CTA Autónoma, o la CTA de los Trabajadores o los movimientos sociales a través de la CNCT o la CTEP. Veníamos sacando documentos, cuadernillos de formaciones y ahora lo tenemos que conciliar en política pública, entonces me es impensado hablar de un «puesto». Para mí este es un lugar de militancia que es recontra colectivo.
E: Pero la responsabilidad recae sobre vos, ¿eso qué te genera?
CL: Me genera un montón de cosas (risas). Lo primero que me genera es un compromiso absoluto de pensar en todo esto que venimos pasando y trabajando. Primero, en que nos van a mirar doblemente: Porque hay mucha expectativa puesta en el Ministerio; y por nuestra condición de mujeres. La vara nunca mide igual.
Reitero esto, es un compromiso militante que pusimos en palabras y ahora hay que ponerle el pecho y el corazón. El cuerpo entero. También me genera expectativas saber que no estoy sola, que están mis compañeras, que me abrazan, me acompañan; y que son fuente de conocimiento y de lucha. Me parece que eso hace que cuando conciliamos, en nuestro caso, el feminismo y el sindicalismo hace que seamos «todas», no «una».
Claudia Lazzaro es militante peronista desde los catorce. Dio sus primeros pasos gremiales en el centro de estudiantes del secundario. Su primera instancia sindical fue en la conformación de ATE Ituzaingó. Tenía apenas 18 años. «También estuve en el sindicato del personal jerárquico de comercio porque trabajaba en una financiera. Ahí conformamos un sindicato y fui parte también de Igualdad de Oportunidades. Hace 6 años, arranqué a militar en el espacio que es hoy de Curtidores, de la mano de nuestro conductor, Walter Correa.» Además, es partícipe necesaria de Mujeres Sindicalistas de la Corriente Federal de Trabajadores de la CGT, organización destinada a aparecer en los libros de la historia sindical argentina. Ellas son las compañeras que escoltan a Claudia en su nuevo traje de Directora.
E: ¿Por dónde te gustaría empezar? ¿Qué atacarías primero? ¿Tenés algo pensado?
CL: Nosotras entramos en una parte que es de planificación. El Estado también planifica. Primero, en esta etapa nosotros tenemos que pensar cuáles son las brechas o las barreras que tenemos las mujeres. Hay que pensar en esas brechas, cómo atacarlas, cómo transformarlas.
E: ¿Te referís a la brecha salarial, a las categorías?
CL: A la brecha salarial, a las brechas de acceso a los trabajos, a la jerarquización. Por otro lado, en la Dirección tenemos tres temas que son poderosos. Por un lado éste, que es el de equidad, que para mí es muy significativo ponerlo en el marco de la agenda 2020. Reivindicar y poner en agenda el trabajo decente, sin distinción. Y para llegar a la equidad plena laboral necesitamos trabajar la agenda de desarrollo sustentable. Por otro lado, la formación, pensando en el futuro del trabajo y también en distintos ejes que necesitamos las mujeres para poder empezar a romper esas barreras que tenemos de trabajos feminizados y masculinizados, que también van de la mano de lo que pensamos en Cuidados. Las cargas que tenemos las mujeres con trabajos feminizados, más las formaciones que muchas veces están pensadas o para varones o para mujeres y nunca para las diversidades. Me parece que va a ser una política fundante y vamos a inaugurar un nuevo paradigma cultural. El desafío es cambiar esa cultura por una nueva que nos integre a todas y todes.
E: Me llamó la atención lo que dijiste de «trabajo decente», ¿a qué te referís?
CL: El trabajo decente es el trabajo registrado, con derechos, seguridad social. El trabajo que respeta el derecho al ocio, los cuidados, que no sólo yo cuido, sino que él cuida, que vos cuidás, que elles cuidan. Muchas niñas adolescentes cuidan a sus hermanos menores, parece que ahí dejamos de conjugar verbos y parece que las mujeres siempre quedamos en el «yo cuido», nunca hay una siguiente conjugación que no tenga que ver sólo con el uso del femenino porque la siguiente es la abuela, es la tía. Me parece que el paradigma cultural, para que sea una sociedad más justa e igualitaria, tiene que ver también con eso, con pensarnos en una sociedad integrada, solidaria y con plena justicia social. Por eso hablamos de «trabajo decente», porque no hay trabajo decente si no es en el marco de la justicia social.
E: Se necesitan políticas públicas para que las mujeres podamos articular participación política, con el trabajo, el desarrollo personal y las tareas de cuidado, ¿tenés alguna política pública en mente que se pueda aplicar?
CL: Estamos trabajando sobre cómo va a ser el desarrollo, porque no va a ser inmediato. Va a haber políticas que empiecen a ser en el corto plazo y políticas que vienen a largo plazo. Algunas cosas las hicimos desde nuestras organizaciones y las pensamos como modelo en el Estado como por ejemplo conciliar empresas, sindicatos y Estado para comenzar a romper la brecha en el ingreso a los trabajos. Lo que tenemos que pensar es cómo ir articulando hasta llegar a licencias igualitarias, todo eso va a ser un proceso. No va a ser todo inmediato.
Acá también hay que pensar que en los cuatro años de gestión anterior no hubo políticas públicas beneficiosas para ningún sector popular. Se bajaron los presupuestos, no hubo programas que realmente empoderen a las trabajadoras y a las diversidades porque no se pensaba en políticas públicas para el crecimiento y el desarrollo. Nosotras estamos convencidas, por ejemplo, que para salir del círculo de la violencia, aparte de tener fortalezas emocionales y personales, necesitás también un empoderamiento económico. Todas esas cosas que quizás en la gestión de Néstor y Cristina se hacían por ejemplo con el ?Ellas hacen?, en estos cuatro años desaparecieron. Entonces vamos a estar rearmando programas y pensando en qué queremos del futuro. Y pensando que dejaron una provincia de Buenos Aires absolutamente desbastada.
Contaban las compañeras que están a cargo de la subsecretaría de violencias que el 144 (Línea pública nacional de atención para mujeres en situación de violencia de género abierta 24 hs.) es una empresa tercerizada. Entonces, cómo influís vos ahí en armar protocolos de acción. Es muy difícil porque es una empresa aparte.
Por un lado, el Ministerio va a atacar fuertemente lo que es las violencias; y por otro lado, nos toca la tarea de pensar una sociedad libre de violencia y con mayor participación de las mujeres y las diversidades en todos los ámbitos. Estela Díaz (Ministra de Género bonaerense) tiene una mirada global y plantea un ministerio donde estén todas involucradas, donde sea participativo, donde haya ida y vuelta con todas los vecinos y vecinas. Lucía Portos, que es nuestra compañera subsecretaria de Igualdad y Diversidad Sexual, agrega que podamos hacer políticas públicas que queden en el tiempo y que pensemos en todos los sectores. En el ministerio estamos en una etapa en la que tenemos acciones pensadas para los primeros 100 días. Ya una acción muy importante fue el Consejo Provincial con perspectiva de género, donde fueron convocadas todas las secretarias, directoras de género de los municipios. Eso me parece que da el marco de cómo va a trabajar el ministerio en el territorio, que no va a ser un ministerio que esté en una oficina. Y en consecuencia de eso, la subsecretaría marca ese mismo eje con el agregado este, de pensar que todos tenemos que llegar a tener igualdad de oportunidades, igualdad de género y que esa igualdad tiene que ser en el marco de la justicia social. Me parece que es fundamental el encuadre ese.
E: Ahora te traslado a la militancia sindical, ¿ves diferencias entre quienes militaban sindicalmente antes del Ni Una Menos y después del Ni Una Menos?
CL: Yo creo que Ni Una Menos hizo una irrupción en todo ámbito. En particular, me parece que lo que hizo al interrumpir en distintas organizaciones fue que las mujeres nos pusimos de protagonistas, por más que ya veníamos abriendo la cancha. Me parece que todo lo que se visualizó con las violencias que vivimos las mujeres hizo que tomemos otra impronta. Quizás en las organizaciones falta un montón.
En agosto de 2019, desde la Federación del Cuero (FATICA) hicieron el primer encuentro de trabajadoras del cuero de Argentina y Latinoamérica. Reunieron a más de 300 compañeras para jornadas de formación y recreación. Buscando despegar al fútbol de la masculinidad, armaron un campeonato y en dos equipos distintos, Claudia reconoció a pioneras del fútbol femenino que llegaron a vestir la camiseta de la selección en México. El campeonato lo ganó un equipo de chicas jóvenes. Claudia aprovechó para contarles la historia que acababa de descubrir: ‘Chicas, yo sé que ustedes ganaron y están emocionadas pero yo les quiero contar que las mujeres con las que ustedes jugaron fueron las que abrieron la cancha’. Y lo relaciona inmediatamente con el antes, el después, y el devenir de la lucha feminista: «Por qué te cuento esto, porque yo siento que también en el sindicalismo también hubo mujeres que abrieron la cancha. Nosotras hoy estamos acá y quizás tenemos una visibilización mucho mayor pero hubo mujeres que laburaron muchísimo en las organizaciones gremiales y nos abrieron la cancha. Y que hoy nosotras podemos conciliar sindicalismo y feminismo es gracias a todas esas mujeres. A las Alicia Castro, a las Mari Sánchez, a las Marta Maffei, a las Doña María y Evita que fue una compañera que nos abrió camino, la compañera Cristina que nos abrió el camino. Me parece que tiene que ver con eso. Nosotras abrimos la cancha. Y hoy estamos abriendo la cancha desde la gestión pública y es maravilloso ser parte de este desafío.»
Foto: Barricada TV