El informe elaborado por el FMI en ocasión de la revisión de la economía Argentina no deja aportar malas noticias. Es que a la «sugerencias» de establecer un techo salarial por debajo de la inflación, de volver a subir los servicios públicos el año próximo, de avanzar en una nueva reforma previsional y una reforma laboral, se suman las previsiones.
Y lo esperado por los conducidos por Christine Lagarde no es nada favorable. Es que proyectan para el año que se avecina una caída de la actividad económica del orden del -1,7% y un aumento del desempleo que llegaría a 10,9%.
Concretamente, en la práctica, el pronóstico de los economistas del Fondo indica que se sumarían unos 250.000 desocupados nuevos en los próximos 365 días.
Además, la tasa de desempleo de dos dígitos llegaría para quedarse, al menos, los próximos 5 años. Es que el trabajo del FMI establece que se ubicará en 2019 en el 10,9%, en 2020 en el 10,8%, en el 2021 en el 10,6%, en 2022 en el 10,3% y en 2023 en el orden del 10,0%.
De cumplirse lo previsto por el FMI, sería un retroceso importante, ya que estaríamos volviendo a cifras que no se registraban hace 14 años y tocando los niveles que tuvo la desocupación entre 2005 y 2006.