El Gobierno analiza entregar lotes de vacunas directamente a sindicatos que representan a trabajadores considerados esenciales para que se encarguen de distribuirlas y aplicarlas a sus afiliados a través de sus obras sociales.
La medida, que todavía está en estudio, respondería al creciente reclamo de varios sindicatos de trabajadores que realizaron tareas en plena pandemia para ser prioridad a la hora de recibir la vacuna contra el Covid, una vez que se finalice la etapa para la población de riesgo.
Según supo la agencia de noticias NA, esta chance la dejó trascender el ministro de Salud, Ginés González García, durante la reunión que mantuvo esta semana con autoridades de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), en la que precisamente los gremialistas le solicitaron que los empleados del sector sean incluidos en el plan de vacunación oficial con cierta prioridad.
El pedido se basa en que afiliados de esos gremios se encuentran expuestos al virus por cumplir diariamente con tareas presenciales en sus lugares de trabajo.
El reclamo de la CATT es para los gremios que integran esa Confederación, que incluyen a Camioneros, colectiveros de la UTA, maquinistas de trenes de La Fraternidad, Unión Ferroviaria y Aeronavegantes, como también a la mayoría de los sindicatos del sector portuario.
También ya plantearon el mismo pedido otros sindicatos que no integran el sector del transporte pero que también cumplen tareas presenciales por ser esenciales, como el de empleados jerárquicos de la AFIP, mientras que se espera que en breve lo hagan también gremios como el de trabajadores de Comercio, estatales de UPCN y los de la construcción de la UOCRA, entre otros.
En ese contexto, González García comentó a las autoridades de la CATT la iniciativa de girar directamente a los sindicatos las vacunas y con sus obras sociales se encarguen de organizar y concretar el proceso vacunación dentro de cada gremio.
No obstante, ese esquema generaría algo de desconfianza entre los trabajadores, ya que no todos confían en que sus sindicatos priorizarán la aplicación de las vacunas para quienes realizan tareas presenciales dentro de sus estructuras.
El pedido de los sindicatos es tener disponibles las vacunas para cuando ya se haya terminado la vacunación de la población de riesgo (mayores de 60 años y personas con enfermedades prexistentes).
Para eso, ya comenzaron las tratativas con el Gobierno para lograrlo, con bastante antelación, ya que se estima que demandaría al menos tres meses finalizar la etapa de vacunación de la población de riesgo.