Como primer paso para un ordenamiento mayor, la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) dará de baja diez obras sociales. Según confirmó Clarín ayer, lo hará mediante una resolución administrativa que publicará esta semana en el Boletín Oficial. La decisión va en sintonía con el contexto de depuración del Estado que viene impulsando el Gobierno de Mauricio Macri.
La medida plasma la buena sintonía que mantienen por estas horas los Gordos con el oficialismo. Es que se trata de un viejo anhelo de Gordos e Independientes por concetrar más poder y recursos, en base a eliminar la competencia minoritaria.
De esa decena de instituciones que dejarán de estar en el Registro Nacional de Obras Sociales (RENOS), cuatro corresponden al mundo académico como es, por ejemplo, la Obra Social del Personal de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Además cesarán la de Papel Misionero y la de la Asociación de Obras Sociales de Mar de Plata.
También hay una estrictamente sindical, que es la de los Trabajadores de Prensa del Chaco.
Para discontinuarlas, la SSS entendió que eran económica y operativamente inviables; o bien que ya estaban en quiebra o que venían pidiendo el cese de actividades.
Sin embargo las instituciones que se darán de baja no generaban una erogación de dinero público para sostenerlas. En algunos casos hay afiliados que siguen recibiendo prestaciones de esas instituciones pero fuentes vinculadas a la SSS indicaron que serán reasignados a otras instituciones.
Esta prueba piloto a escala pequeña sirve para el próximo paso, que es el de confederar obras sociales: esto es que si un mismo sector, supongamos una industria, tiene varios gremios afines y cada uno con su obra social, la idea a futuro es que una sola institución de salud atienda a los afiliados de cada uno de esos sindicatos.