Luego de anunciar 282 despidos en el organismos científico y tecnológico, el Gobierno notificó la renovación de contratos a 153 trabajadores del INTI. Aún así, quedan 300 técnicos y especialistas que aceptaron el retiro voluntario. La administración pública pierde personal altamente calificado en el ajuste.
Luego del anuncio de los 282 despidos en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) por parte del gobierno de Javier Milei, y de la represión a la asamblea en las puertas del organismo científico, ayer se firmó la reincoporación de 153 de esos trabajadores que fueron notificados de la renovación de sus contratos. Para el gremio estatal se trata de “un triunfo parcial”.
Así se lo confirmaron desde ATE-INTI, al portal especializado Periferia, donde expresaron que «seguimos el reclamo por los compañeros y compañeras que faltan porque la política de vaciamiento del gobierno sigue en marcha a través de los retiros voluntarios, de los cierres de las sedes del interior del país, de una política de falta de financiamiento».
Giselle Santana, trabajadora del INTI e integrante de la Agrupación Granate de ATE (Asociación de Trabajadores del Estado), ofreció su lectura sobre los motivos por los que el Gobierno, finalmente, dio marcha atrás con la decisión de despedir a los 288 trabajadores: «Es una combinación de varios motivos, según entiendo, el nivel de conflicto en el INTI no es el mismo que en otros organismos, nostros venimos dando la pelea de antes que se dieran los despidos, cuando se conoció las intenciones del Gobierno de recortar la planta en un 30%, y se conoció el contenido de la ley Bases nosotros ya empezamos a dar la pelea y eso nos dio una ventaja de ir organizando un conflicto de mayor envergadura.»
«Por otro lado, en las regiones la inmensa mayoría de los directores y gerentes de los centros de investigación y desarrollo se opusieron a los despidos, explicando por qué eran imprescindibles los compañeros y compañeras que se buscaba despedir, haciendo una presión porque se desmantelaban programas de investigación y líneas de trabajo enteras, vaciando laboratorios que no iban a poder funcionar; y ahora asumió una nueva vicepresidenta y un nuevo gerente general más alineados con la Secretaría de Industria que busca reducir el INTI a su mínima expresión, por lo que si bien esto es una renovación de contratos, en 3 meses vamos a un nuevo conflicto seguramente, y a un ataque mayor en el intento de más despidos».
Hoy por hoy, el funcionamiento del organismo está afectado ya porque 300 trabajadores y trabajadoras se acogieron al retiro voluntario, más allá de los 288 despidos. Unos que habían sido despedidos a fines de junio fueron notificados de la renovación de sus contratos. Así lo confirmaron desde la Asociación Trabajadores del Estado y explicaron que se trata de una parte de los 288 contratos que la dirección del organismo había informado que no renovaría.
“Si bien aún quedan 130 trabajadores y trabajadoras a la espera de una respuesta favorable, para ATE se trata de una victoria parcial ya que no se descontinuó el mes”, agregaron. También destacaron que quienes fueron reincorporados recibirán una recomposición salarial del 68%.
La medida se conoce a semanas de la represión que sufrieron los trabajadores en la puerta del organismo, cuando intentaban realizar una asamblea, justamente, en rechazo a los despidos y el vaciamiento .
Al respecto se expresó Mercedes Cabezas, Secretaria General Adjunta de ATE Nacional. “Recordemos que en este mismo organismo un funcionario no quiso recibir a los trabajadores y trabajadoras del INTI, y prefirió romper un mosquitero y escapar por la ventana antes que dar la cara. Se trata de un triunfo parcial pero la verdad que no está mal celebrarlo entre tanta desidia”, afirmó la dirigente.
La anécdota a la que se refiere, en tanto, fue protagonizada por Christian Rasmussen, gerente de Recursos Humanos del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), a fines de mayo.
Según estimaciones del gremio, solo en julio el gobierno nacional despidió a unos 4000 trabajadores en todo el Estado Nacional. En ese marco, el gremio viene llevando adelante distintas medidas de protesta. Entre otras, el 4 de julio realizó un paro nacional, y el jueves último montó carpas en Plaza de Mayo donde realizó una serie de charlas para explicar el rol de los distintos organismos afectados por la motosierra de Milei.
El delegado general de ATE en el organismo, Francisco Dolmann, explicó que la arremetida del Gobierno contra el INTI tiene estrecha vinculación con el rol que le concede a la industria en su proyecto económico. En ese sentido, denunció que además de las cesantías, la administración de Javier Milei tenía tenía previsto cerrar las unidades de extensión del organismo en el interior.
“Eso tiene que ver con las economías regionales, con la pequeña y mediana empresa de cada provincia. El Instituto brinda apoyo técnico, asesoramiento de innovación a las PyMEs, y por eso están queriendo retirar al Estado Nacional del interior del país para llevarlo a su mínima expresión”, explicó el dirigente.
En esa línea, expresó: “Todos los índices que tiene que ver con la industria están en caída, así que la verdad es que la situación es muy compleja. Entendemos que sin industria no hay INTI, y que sin INTI no hay industria”.