Dos de los sindicatos con mayor poder de fuego en el transporte de pasajeros y carga en el país anticiparon que se lanzarán a pedir esta semana a las patronales una mejora salarial que supere el 25%.
El secretario general de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), Roberto Fernández, dijo que su sector planteará la reapertura de negociaciones para mejorar el incremento acordado en el primer semestre.
Este sindicato había acordado en marzo pasado un aumento del 15 por ciento en tres cuotas: 5,5% a partir del 1 de abril y luego un 5,5% a partir del 1 de septiembre y el 4% restante en enero 1 de enero de 2019.
Ahora, Fernández confirmó que va a pedir reapertura de paritarias la semana próxima: «como van las cosas, va a ser un poco más del 25 por ciento que sacó (el jefe de los camioneros, Hugo) Moyano».
De hecho se conoció que ayer, mientras se paralizaba el país, hubo contactos entre Fernandez y el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, para avanzar en un acuerdo que estipule un incremento salarial del 26 por ciento.
A su vez, el triunviro de la CGT y líder de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), Juan Carlos Schmid, habló del cierre de las paritarias de Camioneros con una suba del 25% del valor nominal del salario y consideró que «Moyano se quedó corto».
“Es un triunfo porque obviamente el Gobierno estaba obsesionado en cerrar la discusión a la baja y esto ha roto esa lógica,” dijo al fundamentar el acuerdo salarial del gremio que conducen Hugo y Pablo Moyano. Y aseguró que buscará un incremento salarial igual o mejor.
Tras la paritaria camionera y el paro general, el 25 por ciento es una cifra que desde el Gobierno no ven con malos ojos. De hecho varios funcionarios salieron a sostener que podría ser de «equilibrio» tras la disparada inflacionaria.
Esos 10 puntos de diferencia, entre el 15 inicial y el 25 que se debate por estas horas, sería una de las «concesiones» que el Gobierno estaría dispuesto a darle a la CGT para calmar los ánimos luego de la protesta de ayer y dar inicio a una nueva ronda de negociaciones que puede detener el malhumor sindical que habita la calle Azopardo.