Siete provincias ya anunciaron que pagarán un bono de fin de año, que va de 800 a 4.000 pesos. En ese marco la Ciudad de Buenos Aires anticipó que no se sumará a ese lote. «Hay una cuestión fáctica, no hay dinero», argumentó el ministro de Hacienda porteño, Néstor Grindetti.
El funcionario macrista aclaró que en el gobierno porteño están «totalmente de acuerdo en que la inflación es dañina para el salario», pero aclaró que «la Ciudad no tiene los fondos» para cumplir con un pago extra en forma de bono de fin de año como compensación.
«Entiendo que la inflación al que más perjudica es al trabajador. La forma de arreglar esto es que no paguen más impuesto a las ganancias, que vayan al Gobierno de la Nación a pedir no pagar más el Impuesto a las Ganancias», apuntó Grindetti, en una entrevista con radio Mitre.
La falacia de Grindetti es dar a entender que todos los estatales porteños cobran salarios que se ven impactados por ganancias, cuando el panorama es bastante distinto. Los estatales porteños denuncian que más de 10 mil empleados se encuentran en situaciones de precariedad laboral y que sus salarios en promedio están por debajo del mínimo no imponible.
El ministro insistió en que «la responsabilidad de que el poder adquisitivo del salario caiga es de la inflación». «Y la inflación no es responsabilidad de este gobierno», alegó para deshacerse de culpas.
Para pagar un bono, la gestión de Macri tiene un doble impedimento: por un lado, la falta de fondos y, por el otro, la necesidad de una autorización de la Legislatura. «Nosotros no tenemos superpoderes como el gobierno nacional, tenemos que ir a la Legislatura para que nos aprueben en qué gastamos esa diferencia de dinero», explicó.
«El presupuesto es una frazada corta, la ciudad gasta en escuelas, hospitales, seguridad social. El 95% de los gastos de la Ciudad se solventa con impuestos. No hay forma, porque no da para aumentarlos», concluyó.