El hombre barbudo, bajo presión cruzada

No es fácil el lugar que le toca por estos días a Roberto Baradel, el titular del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de la provincia de Buenos Aires (SUTEBA) y de la CTA bonaerense. El conflicto de los docentes bonaerenses va por su día de paro número 16 y no aparecen soluciones a la vista, lo que potencia las acusaciones, sospechas y operaciones sobre la figura de este voluminoso barbudo de 45 años.

Desde su pertenencia a la CTA oficial de Hugo Yasky, el líder del SUTEBA se inclina con cierta naturalidad ideológica a confrontar con el gobierno bonaerense de Daniel Scioli. Pero su reclamo ya excede el ámbito provincial y se vuelve una gran incomodidad para el kirchnerismo. Una tendencia que se ve potenciada por la presión de sus bases y cierto crecimiento de la izquierda en algunas seccionales del gremio.

Al mismo tiempo, Baradel mantiene una relación de amistad con Sergio Massa, vínculo que desde el sciolismo se convirtió en un argumento perfecto para deslegitimar su reclamo. Y si bien él admite su afinidad personal con Massa, niega rotundamente cualquier implicación política presente o futura.

Pero lo cierto es que su número dos en la CTA bonaerense, Fabián “el Moncho” Alessandrini, fue candidato a diputado por el Frente Renovador massista. Para sumar confusión ideológica al asunto, Baradel se ubica cerca de Nuevo Encuentro y de Martín Sabatella, desde los tiempos en que el actual director del AFSCA era el intendente “progre” de Morón.

Con tales amistades y antecedentes, no sorprende que lo acusen de “politizar” partidariamente su rol sindical.

Acusaciones al margen, la visibilidad y peso de su gremio hacen que su figura no pueda escapar del escenario nacional de la político. Y mucho menos en el medio de una de las paritarias más duras del ciclo kirchnerista.

La estructura de la CTA nacional de Hugo Yasky, su antecesor en el cargo, depende de los aportes de SUTEBA, el principal afluente de recursos genuinos para la Central. Una dependencia que se transforma en ansiedad ante la tan alta exposición mediática y el delicado equilibrio político que ensaya Baradel. Además, es de público conocimiento que «el Robi» aspira a suceder a Yasky en el liderazgo de la CTA.

Hombre de declaraciones fuertes, Baradel llegó a decir: «No descartamos la instalación de un campamento docente frente a la gobernación. Si no hay una solución, el conflicto continuará durante todo el año».

También trascendió su diatriba sobre “si no se resuelve este conflicto los vamos a ir a buscar por cada lugar de la provincia de Buenos Aires». Declaración que, tras el ladrillazo a la Ministra de Economía de la provincia, Silvina Batakis, le permitió al gobernador Daniel Scioli vincular ambos episodios.

¿Pero quién es Roberto Baradel? Al terminar la secundaria, hace unos 27 años, se anotó en Biología en la Universidad de Buenos Aires, pero debió privilegiar el trabajo, y empezó como encargado de depósitos en un colegio de Lomas de Zamora. Luego fue preceptor en un colegio de Lanús y desde allí fue avanzando en la actividad gremial.

En 1991 empezó a trabajar en la Secretaría de Prensa del Suteba de Lanús y en 1994 era el número uno de la seccional, y le faltaba un año para recibirse de abogado. Por entonces participó muy activamente en la Carpa Blanca, el histórico reclamo de los docentes de todo el país que acamparon en la Plaza de Mayo, incluyendo maratónicas huelgas de hambre. Hugo Yasky, a quien Baradel sustituiría en 2004 al frente de Suteba, recuerda que en ese marco “fue una de las personas que más se preocupaban por los maestros que venían del interior».

Luego de tanto descontento, llegó el acercamiento al oficialismo. «La verdad es que en 2003 estaba en una etapa en que descreía de la política. Pero Néstor llevó adelante los reclamos que veníamos sosteniendo los docentes desde la carpa blanca. Era imposible no celebrar los logros obtenidos», dijo Baradel.

En 2010, fue confirmado como secretario general de SUTEBA y, el año pasado, nuevamente reelegido.

Sin embargo, en las últimas elecciones su lista perdió 11 seccionales “grandes”, como La Matanza, a manos de la izquierda. Al día de hoy, y tras tres años de relativo retroceso en los aumentos del distrito, el avance “rojo” se calcula en hasta 31 de los 135 seccionales de la provincia, según indicaron fuentes del sector a InfoGremiales.

Esa tendencia pesa en la radicalización del reclamo. En la conducción de SUTEBA relatan, a modo de lamento larvado, que en los últimos diez años de crecimiento económico cambió el perfil social de los docentes bonaerenses afiliados al sindicato. En concreto, se desideologizaron.

“Tienen autos más modernos, plasmas y se van de viaje. Eso es un logro, pero un logro que te exige más y no contempla el cuadro político general”, revela un dirigente de la CTA que conoce bien a los docentes y a Baradel, el dirigente que lidera un paro que mira y juzga todo el país.