Se trata del salteño Lucas Amado, nombrado para normalizar el Sindicato de Obreros del Caucho y devolverlo a manos los afiliados en 30 días. Por la pandemia se quedó y ahora busca apoderarse del control de la Obra Social. Desde Trabajo le rechazaron el pedido.
En lo que fue una sorpresa para propios y extraños, el interventor del Sindicato de Obreros del Caucho y Afines, Lucas Amado, salió a buscar quedarse con el control de la Obra Social del sindicato.
A pesar de haber sido nombrado para normalizar la entidad gremial en 30 días y devolvérsela a sus trabajadores, el salteño que está cerca de cumplir un año en la gestión.
Ahora, sin motivo aparente, Amado salió a pedir por todos lados el control de la obra social, OSPIC, y no tuvo reparos en reclamar que él mismo sea autodesignado como Presidente.
El dirigente, con un pasado sinuoso en la gestión salteña y una todavía irresuelta presencia en la causa La Ciénaga que tiene como principal apuntado al ex Gobernador Romero, le envió una nota a la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales para que le den el manejo de la Obra Social. Sin embargo, desde Trabajo le respondieron que no estaba en sus facultades.
Tras esa negativa envió una nota, a la que tuvo acceso InfoGremiales, dirigida a la Superintendencia de Servicios de Salud en la que reclama que emitan un nuevo certificados de autoridades a su nombre.
Vale remarcar que la intervención de la que Amado está a cargo es sobre el sindicato y que eso no implica tener autoridad sobre la Obra Social sindical.
De hecho, por citar sólo un ejemplo, el gremio de vigiladores privados, UPSRA, estuvo intervenido por varios años en los que pasaron una serie de normalizadores y eso nunca derivó en que puedan hacerse del comando de la prestadora de salud.
Las autoridades de OSPIC tienen mandato vigente hasta el 4 de enero de 2022.