La Comisión de Presupuesto del Senado que lidera Juan Manuel Abal Medina convocó a todo el arco sindical para que se pronuncie sobre el proyecto de pago a los Fondos Buitres, que ya tiene media sanción de Diputados y ahora deberá ser tratado por los senadores para tener una definición.
De los líderes cegetistas el único que se hizo presente fue Antonio Caló, ya que Hugo Moyano y Luis Barrionuevo mandaron a Carlos Frigerio, y Ricardo Cirielli, miembros de sus respectivas CGT.
Además Caló fue el único cegetista en pronunciarse contra el acuerdo. “Los trabajadores vamos a terminar pagando la deuda. Los beneficiarios siguen siendo los mismos de siempre. Sabemos cuáles son las consecuencias”, lanzó el metalúrgico.
Además el titular de la UOM aprovechó para pasarle una factura a Paolo Rocca, CEO de Techint, con quien los metalúrgicos tienen un abierto enfrentamiento en medio de la ola de despidos en la actividad. “Rocca siempre decía que lo más caro que había en Argentina era el salario en dólares. Estaba a 23 y ahora está a 13. Yo le pido que baje el costo de su productos en ese nivel”, chicaneó Caló.
Además el metalúrgico les dijo a los senadores que no iba a aceptar dólares para importar. “Si toman un préstamo que no sea para importar, porque con China es imposible competir. ¡Trabajan 24 horas por un plato de arroz!”. Y agergó: “El problema más grande son los despidos, porque con estos costos en dólares para las empresas lo más barato es la indemnización”, explicó.
Por su parte Frigerio, secretario general de Capacitación y Formación Profesional de la CGT Azopardo, quien participó del plenario en representación de Hugo Moyano, declaró: «No venimos a decir que la ley no hay que pagarla; estas deudas se asumen y se honran pero hay que encontrar la vuelta para solucionar una situación que hace que los trabajadores seamos los que vamos a terminar pagándolas».
«Que esto no signifique que se exceda este endeudamiento con ningún reclamo hacia adelante», declaró Frigerio, quien reseñó que el pago al 93 por ciento de los bonistas realizado durante el gobierno de Néstor y Cristina Kirchner «resultó para la clase trabajadora pérdida de trabajo, pérdida del poder adquisitivo y un reparto de la torta 70-30 a favor de la clase dominante».
Por su parte, Cirielli, quien asistió en nombre de Luis Barrionuevo, lamentó «haber llegado a esta situación (con los fondos buitre) por la inoperancia del gobierno anterior» y pidió a la administración de Mauricio Macri «que no cargue sobre la espalda de los trabajadores el costo de todo este conflicto».
Como era de esperar los referentes de la CTA rechazaron de plano el acuerdo el acuerdo con los Fondos Buitres.
Pablo Michelli no fue pero envió a Julio Gambina. “Cada vez que se trata el tema de la deuda pública en la Argentina, la vocación argentina siempre es pagar la deuda sin investigar. Es un tema estructural y lo que está en discusión es una estafa. Las deudas se pagan, las estafas no”, sentenció Gambina.
“No es real lo que dice que llegarán inversiones externas y préstamos. No van a llegar porque estamos en un momento de crisis mundial y esa crisis afecta a los países del capitalismo desarrollado, con Estados Unidos a la cabeza. Nuestra propuesta es que hay que suspender los pagos mientras se investiga la deuda. El país no está exento de futuros litigios», cerró.
Su compañero Jorge Cardelli no fue menos duro: pidió negociar con los holdouts “en mejores condiciones” y definió al gobierno como “un tipo de continuidad por derecha”.
“Con el monto de alrededor de 15 mil millones de dólares que va a implicar el acuerdo”, el Gobierno podría invertir en asignaciones familiares, jubilaciones, obras en rutas, entre otras cuestiones. La quita del 25% es menos a lo que ofrecían los buitres meses atrás”, cuestionó Pedro Wasiesko.
“La CTA está opuesta a este acuerdo porque se trata de una imposición externa que está fijando los plazos y las condiciones”, cerró Eduardo Basualdo, referente de CIFRA, el centro de investigaciones de la CTA que comanda Hugo Yasky..