El recorte de $30.000 millones en la obra pública nacional golpeó fuerte a la industria de la construcción que perdió entre los meses de junio y julio más de 15.000 puestos de trabajo.
En junio se verificaron alrededor de 8.000 despidos derivados de la obra pública, y el mes pasado se superó esa cantidad, dijeron a BAE Negocios firmas nucleadas en la Cámara Argentina de la Construcción.
En los proyectos oficiales existen recortes y retrasos en los plazos de ejecución. Por caso, las transferencias de la Nación a los distritos pasaron de un tiempo promedio de 60 días a 120 días.
«Es impensado que la actividad vuelva a impulsarse en agosto y septiembre por lo que analizamos, sino un empeoramiento, y hay una mínima esperanza puesta en el último trimestre», expresaron las fuentes al matutino.
Los empresarios explicaron que están afectados por la inflación y el retraso de los pagos, y aseguran que hicieron las gestiones ante organismos nacionales y provinciales pero no han recibido respuestas.
En el comunicado de la Cámara Salteña de la Construcción, explican que muchas obras «pudieron terminarse con los aportes de fondos propios realizados por las empresas constructoras, en muchos casos recurriendo a financiamiento bancario. Pero nuestra capacidad para continuar financiando la obra pública está agotada. La disminución del ritmo de las obras o la suspensión de las mismas es inevitable».
De acuerdo con un reciente informe de la consultora Economía & Regiones, los metros autorizados disminuyeron 22,6% interanual en mayo y un 6,6% en el acumulado de los primeros cinco meses del año. Si bien las empresas fueron 19.072 en el mes de mayo, ya se está observando que las mismas emplean menos personas.
Asimismo, según un reporte de la Fundación Capital relevado por BAE Negocios, «las licitaciones presentaron una caída del 42% interanual en el período enero-mayo» y del 57% interanual en el quinto mes del año.