La situación de los trabajadores está tan compleja que hasta José Luis Lingeri, uno de los sindicalistas más propensos a ser oficialista empezó a mostrar los dientes y se animó a salir a criticar públicamente.
El titular de Obras Sanitarias y dirigente de la CGT, reconoció que la negociación con el Gobierno para evitar un paro nacional el 25 de junio se frustró por la negativa oficial a instrumentar un freno a los despidos en los sectores privado y público.
«El paro no se mueve», advirtió anoche al diario Ámbito Financiero. Lingeri se refirió así al pliego de cinco demandas que la central obrera le había presentado al Ejecutivo días atrás en una reunión con el vicejefe de Gabinete Mario Quintana y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
En esa ocasión los triunviros y la mesa chica de la CGT reclamaron poner en suspenso las cesantías por seis meses; la reapertura de las paritarias sin techo; la exención de Ganancias en el pago del aguinaldo; la eliminación de los cambios en la Ley de Contrato de Trabajo en los proyectos de reforma laboral, y la devolución de fondos de las obras sociales. «El único punto que logramos que se cumpliera fue el de los recursos de la salud», indicó el sindicalista.
A falta de otros compromisos más firmes los triunviros Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, junto con otros referentes de la CGT, resolvieron levantar la semana pasada un nuevo encuentro que tenían pautado con Quintana, Dujovne y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, ya entonces regresado a la Argentina de su participación en la Conferencia Anual de la Organización Internacional del Trabajo.