“Si no cambia la política económica vamos a hacer 20 paros más”, bramó Hugo “Cachorro” Godoy, secretario General de ATE Nacional, ante más de 20 mil trabajadores que marcharon ayer desde la 9 de Julio y se concentraron frente al Congreso de la Nación. Pero, más allá de las presencias, ante el discurso del estatal hubo una ausencia notable. Es que en el marco del acto principal del paro nacional llevado adelante por la CTA Autónoma (CTAA), faltó el titular de la central obrera, Pablo Micheli.
Y no fue casualidad, ni un hecho menor, ni tampoco un episodio aislado. La ruptura entre el titular de ATE y líder ceteísta es una realidad irreversible desde hace tiempo, y ya nadie trata de disimularlo. Así como en la Marcha Federal, a la que suscribió activamente Micheli (incluso fue orador), se plasmó la ausencia de Godoy, ayer se hizo sentir la del secretario General de la CTAA.
Con un agravante: el de ayer fue un paro de una central obrera en el que no participó su propio líder. Toda una señal. La situación, tragicómica, potenció la posición de Godoy, que incluso logró sumar a los judiciales bonaerenses, que hasta ahora respondieron siempre a Micheli y dejó expuesto al de Junin, que parece acorralado.
La idea de «Cachorro» es terminar de desplegar su estrategia de pinzas sobre Micheli para asfixiarlo y forzar su salida, porque entiende que ya no los representa. Por un lado, desde la política, Godoy intenta liderar las medidas de la CTA y ganarle la iniciativa a Micheli que ya no logra controlar buena parte de las fuerzas. Y por otro, desde lo económico, deja de hacer pasar los recursos de los estatales por las manos de la Secretaría General, con lo que limita su capacidad de acción.
ATE es la principal estructura gremial y columna vertebral de la CTA Autónoma. De ella dependen buena parte de los fondos y sobre ella cae la porción mayoritaria del sostenimiento ceteísta. Con la certeza de que la central es inviable sin los estatales, Godoy comenzó a girar los recursos directamente a las regionales para manejar, de hecho, la caja que hasta ahora tenía Micheli bajo su control.
La guerra ya se plasmó en inmuebles ocupados por el michelismo sin el pago del alquiler y hasta en la quita de las contraseñas de algunas de las herramientas comunicacionales de la central. Y parece no terminar ahí. Una fuente cercana a la conducción de ATE remarcó que están dispuestos a ir a fondo para correr a Micheli y disparó «mientras él le mendiga un paro a la CGT, nosotros seguimos parando».
Por su parte Micheli se muestra cada vez más dialoguista, se acerca a Hugo Yasky, teje con la CGT y aprovecha su buen nivel de exposición y su capacidad discursiva para mantenerse en los primeros planos de la agenda sindical. Consultados por este portal, desde el entorno del titular de la CTAA catalogaron de «sectario» a Godoy y le pasaron factura por el faltazo en la Marcha Federal.
La salida para este conflicto podría estar en un posible proceso de unidad de la CTA. Aunque las condiciones son bien distintas a las que se imaginaron varios. La posibilidad sería parecida a la que se dio en la CGT, con la salida de las dos cabezas. Para que ATE se embarque en ese camino y terminen las hostilidades, deberían dimitir tanto Micheli como Yasky y buscar otras figuras.
Muchos señalan la muy buena relación entre Godoy y Baradel como un síntoma, o la coordinación que se da en la Provincia de Buenos Aires entre las dos vertientes ceteístas como símbolo de lo que podría venir.