La reunión del Consejo del Salario tuvo varios momentos de tensión. Además del voto negativo de la CTA Autónoma y la abstención de la CTA de los Trabajadores, Pablo Moyano, el secretario Adjunto de la CGT, aprovechó para cuestionar a Daniel Funes de Rioja. Le enrostró la suba de precios y cortó en disconformidad con la cifra final.
La reunión del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil terminó ayer con el pico máximo de tensión de los últimos años. Es que, además del voto negativo de la CTA Autónoma y de la abstención de la CTA de los Trabajadores, el cotitular de la CGT, Pablo Moyano, protagonizó un duro cruce con los representantes empresarios.
Moyano ya había planteado su disconformidad con la cifra pre acordada por mayoría entre los integrantes del Consejo y que había comunicado al colectivo el propio Héctor Daer. La sensación de que estaba «todo cocinado» empezó a agitar las aguas.
El Camionero aprovechó el contexto para enrostrarle al titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, su rol en la suba de precios y su presión sobre el Gobierno Nacional.
Básicamente, Moyano lo acusó de atentar contra el poder adquisitivo de los trabajadores, de militar contra el Gobierno subiendo los precios de los alimentos. No se trató de un señalamiento casual, Funes de Rioja también es el titular de la COPAL la cámara que nuclea a las principales firmas alimenticias.
Además le recordó que el empresario había sido uno de los que salió a cuestionar que Camioneros vaya a controlar los Precios Cuidados a las cadenas de supermercados para defender el poder adquisitivo de los salarios.
Después de esa intervención, caliente por el contenido, Pablo Moyano apagó la cámara y dejó de participar de la reunión que se desarrollaba de forma virtual.
Otra situación particular se dio porque no le habilitaron la participación del secretario General Adjunto del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA) y secretario gremial de la CGT, Mario «Paco» Manrique.
Antes, por reclamos de los representantes de ambas CTA se había derivado en un cuarto intermedio, lo que postergó un tiempo la resolución final. Habían reclamado que la suba puesta a consideración de mínima sea sobre el salario de marzo y no sobre el de diciembre, algo que finalmente ocurrió. Aún así, los tras una discusión interna, los referentes de la CTA de los Trabajadores decidieron abstenerse.