Los gremios petroleros de Neuquén expresaron su preocupación por el conflicto que se desató en la provincia con trabajadores de la salud, y rechazaron enfáticamente los piquetes que se realizan en rutas que vinculan al yacimiento Vaca Muerta con el resto del país.
La Federación de Cámaras del Sector Energético del Neuquén enfatizó la falta de acción del Gobierno de Omar Gutiérrez.
«El estado en sus distintas jurisdicciones y ámbitos debe asegurar la libre circulación y no puede ser observador impávido de esta situación que genera innumerables inconvenientes a toda la actividad productiva», dijo, al tiempo que exhortó a las partes a «buscar el diálogo».
El conflicto lleva más de 40 días y se inició cuando grupos internos de la rama salud pública de la Asociación de Trabajadores de la Salud (ATE) desconocieron el acuerdo salarial al que había arribado el gremio con el Gobierno provincial.
La tensión escaló cuando manifestantes comenzaron a cortar rutas en el epicentro de Vaca Muerta, la semana pasada: el sábado último, el fiscal general José Gerez convocó a una mesa de diálogo, pero aún no se llegó a un acuerdo y continúan los bloqueos.
En este marco, la Federación de Cámaras del Sector Energético del Neuquén (Fedece) sostuvo que el Estado «no puede ser un observador impávido» del conflicto.
«El perjuicio que esa postura (los piquetes) provoca a todos los sectores de la sociedad y a la actividad económica en general, seguramente no es dimensionado por quienes lo llevan a cabo», se quejó la entidad empresarial.
Por su parte, el Sindicato de Petroleros Privados de la provincia también repudió los cortes, pero consideró que el reclamo salarial es legítimo, por lo cual pidió «diálogo» entre las partes.
«Repudiamos la metodología del piquete como mecanismo de reclamo. Se trata de un hecho violento que transgrede todos los derechos colectivos e individuales de una sociedad», se quejó este gremio.
En ese sentido, expresó su «acompañamiento» al reclamo salarial de los trabajadores de la salud, pero advirtió: «No podemos tolerar esta situación, que provoca enfrentamientos exasperantes entre trabajadores».
También el Movimiento Popular Neuquino (MPN) cuestionó a los trabajadores de la salud y dijo que tienen una actitud «oportunista y desestabilizadora». .
El MPN emitió un documento ante la crisis de los hospitales: dijo que los trabajadores «autoconvocados» utilizan una «metodología que atenta contra las libertades individuales, sociales y contra el bien común».
«Existen límites, y a estos los marcan los consensos generales logrados en los cauces democráticos propios del Estado de Derecho», añadió la fuerza política neuquina.
El documento señaló las dificultades de la administración del Estado provincial tras un año de pandemia y de caída de los recursos económicos, y expresó que el Gobierno neuquino «ha sido claro: según continúe la recuperación económica, se asume el compromiso de revisar y consensuar los acuerdos logrados, siempre contemplando el bienestar de la sociedad en su conjunto».
Pero advirtió que «se ha desatado un conflicto que excede lo salarial. Junto a sectores externos al sistema de salud, este grupo ha anarquizado el reclamo, entorpeciendo cualquier medio de diálogo posible, adoptando medidas, sin importar el daño que ello genera».
«Pretenden dar discusiones, las que dicen ser salariales, por fuera de la organicidad de sus propios gremios legitimados para sentarse en las mesas salariales. Sin querer inmiscuirnos en los asuntos internos de la organización gremial, creemos que si verdaderamente fueran respetuosos de la democracia, primero debieron agotar el diálogo dentro del sindicato que los representa», añadió el partido provincial.