La inflación, la eliminación de las retenciones a los productos agropecuarios y la devaluación de principio del año pasado impactaron negativamente en el porcentaje de cobertura del salario mínimo sobre la canasta básica total de productos consumidos, el cual pasó de 135% en 2015 a 125% en el 2016.
Al comparar con países como Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Perú, durante el 2016 Argentina fue el país donde más se redujo el poder de compra del salario mínimo, vital y móvil, precisó un informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav).
En algunos países de la región, el porcentaje de cobertura del salario mínimo sobre la canasta básica total se incrementó, tal es el caso de Paraguay, donde pasó de 283% en 2015 a 294% en 2016, Bolivia, que pasó de 84% a 88% y Perú del 238% a 261% en el mismo período.
Por su parte, Uruguay apenas modificó el porcentaje de cobertura del salario sobre la canasta básica total, al pasar de 93% en 2015 a 96% en 2016, mientras que Brasil no percibió variaciones en ese período.
El informe de la Undav señaló también que durante el 2016 el poder de compra en Argentina se redujo en el 56% de los productos en términos de la canasta básica alimenticia.
En el período analizado, el ingreso mínimo real laboral se redujo en promedio un 11% en Argentina, Paraguay lo hizo en un 10% y Perú en un 5%.
«Este fenómeno se expresó fundamentalmente en la combinación de dos factores, por un lado, el incremento de los precios de los productos que fueron superiores al incremento del SMVyM, y por el otro a incrementos salariales por debajo de la inflación», señaló el informe.
El aceite de girasol tuvo una caída del 53%, y «se explica como consecuencia del aumento de precios por la
quita de retenciones al aceite, que pasaron del 30% a eliminarse completamente, borrando así un mecanismo efectivo para el control de los precios de las mercaderías llamadas commodities y que se comercializan a gran escala en el exterior».
Otra de las razones por la cual se produjo el crecimiento en los precios del aceite de girasol fue la eliminación del fideicomiso destinado a subsidiar el mismo.
Fenómeno similar ocurre con la harina, «a la cual pasó de imponérsele una tasa de derecho de exportación del 13% a tener retención cero», lo que «habilitó sucesivos incrementos en los precios de la misma, sumado al poder de monopolio que concentran las empresas de molienda de granos».
El incremento en el precio del arroz y los fideos también se deben en una gran proporción a la quita de retenciones a estos productos, del 10% para el arroz y 13% para la harina de trigo.
La carne, por su parte, estuvo afectada por «la combinación entre la devaluación, que tendió a equilibrar los precios locales con los internacionales, y la eliminación de las retenciones», concluyó el informe.