«No quiero saber más nada con esto. Renuncio como secretario general. No quiero hacer otro corte mañana y lastimar gente para recuperar lo que Ministerio de Trabajo nos saca», afirmó el moyanista Juan Corvalán, quien encabeza el Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA) desde 2005.
Al margen de la violencia ejercida por los trabajadores portuarios o, según reconoció el propio líder de SUPA, Corvalán, por patotas contratadas, el conflicto se dio por una disputa alrededor del encuadre de la empresa Exolgan, una terminal portuaria para contenedores y carga general.
En la protesta del SUPA, un motociclista fue golpeado salvajemente cuando intentaba sortear el piquete en el Puente Avellaneda. «No me gustó nada lo que pasó. No estoy de acuerdo y mandé a levantar todo. Yo no quiero un sindicato para hacer esas cosas», se arrepintió el gremialista.
Y agregó: «Está bien que tenemos que mostrar nuestra fuerza y hacer disturbios para que el ministerio defina lo que tiene definir, pero no me gusta para nada».
En plan de confesiones brutales, Corvalán dijo que los agresores «no eran los laburantes». «Tuvimos que traer gente porque teníamos una amenaza de una villa, la empresa los banca, y sabíamos que nos iban a venir a reprimir. No quiero saber más nada con estas luchas», confesó.
«Para que te escuchen, tenés que cortar y molestar a la gente. Si el sistema gremial es esto, yo no estoy», remató un Corvalán sobrepasado.
De fondo, el conflicto se da entre los portuarios y el Sindicato de Guincheros y Grúas Móviles por el encuadre de los trabajadores de Exolgan.
De hecho, los guincheros confirmaron que no hubo despidos en la terminal de Exolgan y calificaron los cortes como “políticos”. El gremio además repudió la violencia ejercida por manifestantes que respondían a los portuarios del moyanista arrepentido.
“El SUPA de Corvalán nos agrede y la única realidad es que no puede encausar sus reclamos en el Ministerio de Trabajo por falta de legitimidad legal. Por eso desemboca en hechos de violencia que lo único que lograron fue dañar al comercio exterior y que los trabajadores se perjudiquen”, se quejó ante Infogremiales Roberto Coria, el secretario general del sindicato de Guincheros, que paradojalmente también responde a la CGT Azopardo de Moyano.
En concreto, Coria acusa a Corvalán de «querer robar trabajadores de nuestro sindicato». Sin embargo no es la primera vez que esto le sucede. Guincheros ya perdió muchos afiliados en conflictos por encuadre gremial con Camioneros, pero en ese caso no tuvo oportunidad de alzar la voz.
Por último, Coria denunció lo que el propio Corvalán había admitido: “Los manifestantes eran mano de obra desocupada ajena a la actividad”.
Esta interna sindical que derivó en violencia amaga con finalzar la carrera sindical de Corvalan. Desde la Comisión Directiva del SUPA informaron en la tarde de ayer que no le aceptarán la renuncia al Secretario General del gremio y que esperan que reasuma su cargo.