El turf pasa momentos de incertidumbre. A mediados de febrero, la gobernadora María Eugenia Vidal anunció un recorte del Fondo de Reparación -que proviene de las ganancias de las tragamonedas- de un 12 a un 9% y le dio un primer golpe a la actividad. Y también anticipó que el porcentaje se llevará a cero, lo que podría ser el golpe letal a miles de empleos.
La lucha de todos los miembros de la actividad para que no se les quite el fondo y se les otorgue más tiempo para reestructurarse a la medida, se hizo eco en cada rincón de la provincia de Buenos Aires, que concentra un 75% de la producción equina del país.
Según los cálculos de todas las partes, los pura sangre significan “una industria sin chimeneas” que genera 135 mil puestos de trabajo durante toda la cadena, desde la doma hasta el entrenamiento y la competencia. Argentina es hoy el cuarto productor mundial de equinos de carrera con 8000 pariciones anuales. Con 30 aras, Areco y Capitán Sarmiento son el corazón de ese desempeño.
En territorio bonaerense hay 4 hipódromos oficiales. Los dos principales son San Isidro y La Plata con un parque caballar de 2500 animales y unas 130 reuniones (días de competencia) por año. Luego le siguen Azul y Tandil. Son en estas ciudades donde el impacto sería más fuerte.
Sin embargo, y a pesar de los intentos de diálogo con la gestión bonaerense, Vidal ya presentó un proyecto de ley ante la legislatura donde el Instituto Provincial de Lotería y Casinos inicialmente asignará 9 puntos del Fondo Provincial de Juego y se reducirá a razón de un punto del porcentaje por bimestre hasta llegar a cero en diciembre de 2019.
Para solventar esa quita, propone exenciones impositivas a hipódromos y agencias que no podrán cobrar adicionales (10%) en las apuestas, entre otras medidas. El anuncio de la mandataria fue un impacto más en el corazón del sector.
Por su parte, la Asociación del Personal de Hipódromos, Agencias, Apuestas y Afines de la República Argentina (APHARA), que conduce Diego Quiroga, emitió un comunicado para advertir que “el anteproyecto de una nueva ley del turf no representa a toda la actividad”, ya que es “improvisado, carece de base científica y busca mantener el beneficio de algunos”. Por eso, APHARA se declara en “estado de alerta y movilización”.
Para Quiroga es necesaria la unión de la actividad y de los gremios para tener chances de sobrevivir: “hay que unificar un criterio porque si no en la Legislatura se nos van a matar de risa”.
La otra cuestión a saldar es más de ‘clase’, entre los dueños y los que dependen más del sector de las ‘apuestas’, la parte que Vidal más quiere combatir por su idea de que genera ludopatía. Sin embargo la decisión de fondo del Gobierno bonaerense parece concentrarse en derrumbar la industria, sin tener en cuenta distinciones, ni el impacto social.