En las zonas urbanas, los trabajos más habituales son los desarrollados en talleres, oficinas o negocios, y en lugares rurales, las tareas de cultivo o cosecha y hasta el ordeñe de animales, mientras entre los adolescentes están más vinculados a la limpieza de casas y elaboración de comidas.
El organismo encargado de las estadísticas y la Secretaría de Trabajo y Empleo (ex Ministerio) presentaron los resultados de la Encuesta de Actividades de Niños, Niñas y Adolescentes (EANNA) que corresponden al período comprendido entre 2016 y 2017.
Según el relevamiento, el 10% de los niños y niñas de 5 a 15 años de todo el país realizan al menos una actividad productiva y en el caso de los adolescentes de 16 y 17 años trepa al 31,9% a nivel nacional.
Los principales motivos que los impulsan al mercado laboral están relacionados con la ayuda familiar y la necesidad de ganar dinero para sus gastos y los de su hogar, asegura el sondeo.
La encuesta revela también que las distintas formas del trabajo infantil y adolescente están más extendidas en las consideradas zonas rurales.
El trabajo mercantil entre los niños, niñas y adolescentes tiene mayor presencia relativa en las áreas urbanas de las regiones noroeste y noreste, y en áreas rurales de las regiones Pampeana, Cuyo y noreste.
Los trabajos más habituales entre los niños y adolescentes urbanos son el trabajo en negocios, talleres u oficinas por dinero (para el 39,9% de los niños y niñas, y el 37,9% de los adolescentes que desarrollan labores) y la construcción y reparación de viviendas (el 29,5% de los adolescentes).
En las adolescentes urbanas tienen más prevalencia el cuidado de niños y personas mayores o enfermas, la limpieza de casas y la elaboración de comidas o productos para vender.
En las zonas rurales, más de la mitad de los niños y niñas que trabajan se dedican al cultivo o cosecha de productos para vender (14,2%), el cuidado u ordeñe de animales (14,4%), la ayuda en la construcción o reparación de otras viviendas (11,9%) y la ayuda en negocios u oficinas (11,9%).
Las actividades principales entre los adolescentes rurales son el cultivo o la cosecha de productos con fines de venta (15,1%), la ayuda en negocios, comercios o almacenes (12,4%), la construcción o reparación de viviendas (9,5%), la producción de ladrillos (8,9%) y el ordeñe y cuidado de animales de granja o de campo (8,6%).
Con respecto a las actividades domésticas intensivas en el ámbito rural, son las adolescentes quienes se dedican en mayor grado a la realización de quehaceres domésticos y al cuidado de miembros del hogar (72,8%).
Según se informó durante la presentación, esta edición de la encuesta, que tiene un antecedente en 2004, es la primera con cobertura nacional.