En el histórico edificio del PJ de la calle Matheu, unas 70 organizaciones gremiales se acercaron ayer a votar a la lista Celeste que se propone normalizar las emblemáticas 62 Organizaciones Peronistas.
En una maniobra que tejieron en simultáneo Luis Barrionuevo y Hugo Antonio Moyano, la idea es certificar los comicios y luego enviar a la nómina de autoridades electa para que la IGJ convalide lo actuado.
Ese el modo legal para quitarle el sello que hasta ahora lo mantuvo bajo su poder el heredero de Gerónimo «Momo» Venegas, Ramón Ayala y sobre el cual se montó el Gobierno para armar su pata sindical.
La nómina que encabezó Horacio Valdéz, líder de los obreros del vidrio, está compuesta por 30 organizaciones, mayormente del pelotón de los poco visibles y tiene como punto más rutilante la incorporación de un representante de la Unión Ferroviaria.
«Las 62 Organizaciones Peronistas van a estar dentro del peronismo y no dentro de Cambiemos», señaló Marcelo Peretta secretario de Acción Social Electo anticipando el plan de separar el sello gremial del oficialismo.
Además adelantó la posibilidad de ocupar espacios legislativos. «Queremos que haya representantes gremiales que defiendan los intereses de los trabajadores que están siendo atacados».
Ahora, seguramente, se abrirá una batalla con tintes administrativos y judiciales, para determinar quien detentará la utilización del nombre y del encuadre.
No es menor el dato de que la contra cara de esta historia, es decir las 62 que responden a Cambiemos, encararán la semana próxima una actividad con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, en la que demostrarán su alianza estratégica con el Gobierno y al que invitarán a jugar en este diferendo.