En cuatro años, el gobierno porteño espera que en las autopistas de la Ciudad de Buenos Aires no existan más cabinas de peajes ni barreras que impidan el paso de vehículos. Se trabaja en un nuevo sistema que se basa en el uso exclusivo del telepase y en la instalación de lectores de patentes para detectar autos que circulen sin los dispositivos, a los que se les aplicarán multas.
Autopistas Urbanas (AUSA), la empresa que gestiona las autopistas de la Ciudad, oficializó el primer paso que da inicio a materializar el proyecto. La compañía llegó a un acuerdo con el Sindicato de Empleados de Comercio para empezar a implementar este sistema de «flujo libre», que como prevé la eliminación de las cabinas afecta a los empleados que cobran a los conductores.
El acuerdo al que se llegó implica el compromiso por parte de la empresa de capacitar junto al sindicato a los empleados actualmente dedicados directa o indirectamente al cobro de peaje.
Según fuentes del gremio esta capacitación «mejora la empleabilidad» y se les dio garantías sobre la continuidad laboral del total del personal.
Autopistas Urbanas (AUSA) es de las pocas concesiones que tiene a sus empelados encuadrados en Comercio, por lo que desde el sindicato mercantil creen que es un primer paso en un camino que se recorrerá en los distintos corredores viales del país. «Estamos de acuerdo en liderar este proceso que se está viviendo en general en la actividad», advirtieron.
El Gobierno toma el entendimiento con Comercio como punta de lanza para abocarse ahora a negociar con los diferentes gremios sectoriales, que ya están en alerta por lo que podría ser la pérdida de 2500 empleos con el levantamiento de las cabinas de peajes.