El año pasado, la cooperativa consiguió que el municipio cancele la concesión privada que nunca funcionó y le otorgue la gestión del lugar, previa inversión pública para ponerla a punto, informó la agencia Ansol.
«En los últimos años hemos luchado para la recuperación y puesta en marcha de esta planta y finalmente abrimos las puertas y recibimos la primera carga, una gran emoción para los compañeros”, sostuvo la secretaria de Pescadores Artesanales del Fin del Mundo y presidenta de la Federación de Cooperativas de Tierra del Fuego, Diana Méndez.
Desde hace más de 20 años, en Tierra del Fuego la actividad de la pesca artesanal se desarrolla de manera marginal e ilegal, sin controles, sin planta de procesamiento, pero además sin muelle ni banquina.
A partir de esto, la cooperativa comenzó gestiones para presionar sobre el municipio en un contrato de concesión que no se estaba cumpliendo, y que mantenía la planta cerrada sin brindar el servicio de procesamiento a todos los pescadores.
En junio de 2014, los trabajadores lograron que el municipio cancele oficialmente la concesión que tenía desde hace mucho tiempo la Unión Transitoria de Empresas, y comenzó una etapa de planificación para poner en marcha la planta.
La planta, que normalizó el marco legal y recibió una inversión para el edificio y la maquinaria, hoy funciona con una junta normalizadora, que regularizó la parte administrativa, conformada por el Municipio, con 60% del directorio; y por los pescadores artesanales, con 40%.
El presidente de la cooperativa, Sergio Carrera, contó que van “a procesar crustáceos, mejillones y pescado, pero eso se va a mover mucho más cuando empecemos a funcionar». y estimó que «se va a triplicar el volumen que se maneja hoy».
La Municipalidad va a subsidiar una parte del procesamiento y al pescador se le va a cobrar por kilogramo procesado, ya que la idea es incentivar a que los pescadores vayan a procesar a la planta para terminar con esa situación de irregularidad.