El secretario general de la La Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) comenzó a poner plazos para la tan comentada reunificación de la CGT. En una entrevista con el matutino Ámbito Financiero sostuvo que «en abril o mayo habrá una sola CGT» y ratificó sus dichos de hace unas semanas, cuando reconoció que había charlas en ese sentido.
Martinez se coloca como uno de los resortes fundamentales para conseguir la unidad de la central y por eso declaró: «Sigo conversando con todos, todo el tiempo. Quiero ir generando todos los mecanismos a mi alcance para llegar a la unidad antes de las elecciones».
Es que «Cuchara» Martinez salió revitalizado en los últimos días luego del fallo del Juez Ariel Lijo que lo absolvió de los crímenes a los que se lo vinculaba en la última dictadura militar, mientras formaba parte del Batallón 601.
Además, habló de los integrantes de la futura central e incorporó a un actor que hasta el momento se mantuvo al margen. «Tiene que estar todos. Barrionuevo es un dirigente importante del sindicalismo», contó.
Sobre el modo de conducción que debería tener una reunificación, Martinez evaluó varias alternativas. «Tiene que ser equilibrada y heterogénea, que contemple todos los sectores que conviven en el movimiento obrero».
Y Agregó «Lo mejor sería respetar las pautas que imponen a un secretario general y una estructura detrás. Pero con todos los sectores adentro no descarto discutir si habrá un secretario general, dos o tres».
Las señales hacia una central unificada surgen desde varios sectores. También desde Azopardo comenzaron a dar muestras de predisposición.
Por un lado, el moyanismo bajó un cambio el tono de confrontación con el gobierno nacional y el nivel de descalificación con el que se refería a los dirigentes de la CGT oficialista.
También, en el último plenario de regionales que se realizó esta semana en el edificio de Azopardo 802, los dirigentes nacionales expresaron que pondrían su renuncia a disposición si eso los dejaría cerca de la unidad de la central obrera.
Todo indica que en 2015, de cara a lo que será el ascenso de un nuevo liderazgo político, la dirigencia sindical estará reacomodando sus fuerzas para poder intervenir, unida, con más potencia en la toma de decisiones.