La provincia de Entre Ríos registró 139.565 personas asalariadas por el sector privado entre junio del 2022 y junio del 2023, un 3,3% más (4.411 nuevos empleos) que en el mismo período anterior y alcanzó su mayor nivel en los últimos 11 años, destacó el Consejo Empresario de Entre Ríos (CEER) al analizar los últimos datos del Ministerio de Trabajo de la Nación.
Los sectores privados que mayor crecimiento de trabajadores tuvieron fueron la hotelería y gastronomía (23,3%), explotación de minas y canteras (11,7%) y la construcción (11,6%), según el informe.
Asimismo, la industria pesquera (-46%), la agricultura, ganadería, caza y silvicultura (-7,6%), servicios financieros (-1,5%) y los de electricidad, gas y agua (-0,6%) registraron una caída en la cantidad de empleados entre 2022 y 2023.
En ese marco, el CEER explicó que estos números pueden variar con los datos provinciales ya que puede haber un mismo trabajador que participe en más de una actividad, y porque algunas empresas se mantienen con «secreto estadístico».
Entre Ríos tiene un crecimiento del empleo privado asalariado desde octubre del 2020, luego de la primera parte de la pandemia del coronavirus que impactó al sector, pero que logró una recuperación incluso mayor a los niveles previos.
Sin embargo, el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) del CEER remarcó que esa provincia tuvo 98 asalariados privados registrados por cada 1.000 habitantes, números por debajo de lo registrado en 2015 y años anteriores.
Comparado con las otras provincias de la Región Centro, Entre Ríos debería tener 65.000 empleos privados más (+46%) para equiparar a Santa Fe y aproximadamente 55.000 (+39%) para igualar a Córdoba.
Por otra parte, la entidad detectó un incremento en la tasa de desocupación en el segundo trimestre del 2023 en Paraná y Concordia.
Según la investigación, existe una tendencia a la búsqueda de empleo por parte de personas que antes no trabajaban ni buscaban trabajo, tanto jóvenes nuevos entrantes al mercado laboral como mujeres adultas amas de casa.
Esa situación amplía la población económicamente activa (PEA) y, por más que la cantidad de empleados asalariados privados crezca, hay más personas buscando una ocupación que no consiguen y aumenta la tasa de desempleo.