Esta mañana, cerca de las 8, los trabajadores de las empresas Emfer y Tatsa, plantas de trenes y colectivos vinculadas al más que cuestionado Grupo Cirigliano, cortaron la General Paz a la altura de Miguelete para denunciar el vaciamiento de la fábrica. Además pidieron la estatización como alternativa para sostener los puestos de trabajo.
Según denuncian los 422 trabajadores que tiene la fábrica, en los últimos tres meses no les pagaron la obra social ni los aportes jubilatorios. «Hace tres meses que la planta viene parada, y lo que estamos viendo es un vaciamiento. Ante esto, la única salida que vemos es la reestatización», dijo Julian Radic, trabajador de Emfer a La Nación.
Ante el posible cierre de la fábrica, los trabajadores visualizan como única salida la estatización ya que, según ellos, están las maquinarias y la capacidad para producir y reparar en el país los mismos trenes que se les compra a China.
Las empresa de Mario y Claudio Cirigliano, procesados como responsables por las 51 muertes en la tragedia de Once , era un negocio perfecto: reparaban y fabricaban trenes con subsidios estatales para las mismas líneas que ellos operaban. Luego de la tragedia de Once el Estado le quitó las concesiones y comenzó el vaciamiento.
Antes de la compra del grupo Cirigliano, el enorme predio donde hoy funcionan Emfer y Tatsa pertenecía al Estado y era de fabricaciones militares. «Decimos reestatización y expropiación por eso, porque sabemos que el grupo le compró el predio al Estado de manera irregular, en los 90, y se quedó con las máquinas que hoy siguen funcionando para fabricar los trenes. Entonces pedimos que se haga una auditoría y se compruebe el fraude para que el predio y las maquinarias vuelvan a ser del Estado», denuncian los trabajadores.
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