«No al cierre de los hipodrómos» decía el cartel ubicado en las proximidades del disco de la pista de San Isidro. El mensaje de los gremios del turf genera incertidumbre y alerta sobre lo que podría ocurrir si el gibierno bonaerense insiste con sacarle la ayuda al turf, creando una ley en tal sentido.
El cartel cobra mayor importancia luego de conocido lo ocurrido con el hipódromo de Tandil, cuya administración devolverá el Jockey Club de Azul por las tardanzas de la lotería provincial en enviarles lo que le corresponde del Fondo. En Tandil venían trabajando más de cien personas por reunión.
La paralización de las carreras en Tandil hay que interpretarla como la primera consecuencia grave de la política del gobierno destinada a asfixiar economicamente al turf. Podría ser el primer caso tangible de pérdidas de empleo.
Desde los gremios de la actividad sostienen que la industria del turf crea unos 70 mil puestos de trabajo en la provincia de Buenos Aires de forma directa e indirecta.
Además señalan que la Gobernadora confunde las apuestas con la industria y que esa falta de información podría generar un tendal de puestos de trabajo destruidos en el futuro cercano.