En nombre de Karina, un «Lule» Menem empoderado ya toma todas las decisiones clave de la Secretaría de Trabajo

Eduardo «Lule» Menem se convirtió en la principal referencia de la Secretaría de Trabajo. Empoderado por la venia de Karina Milei, tomó el control de las definiciones centrales del área. Es asesorado por algunos conocedores del mundo sindical. Julio Cordero como ejecutor.

«El que toma todas las decisiones importantes es ‘Lule’ y para eso se para sobre el respaldo que dice que tiene de Karina», le dijo a InfoGremiales una importante fuente del Ministerio de Capital Humano. La afirmación hace referencia a la omnipresencia de Eduardo «Lule» Menem sobre todos los temas delicados a definir en la Secretaría de Trabajo de la Nación.

«Lule» Menem es una de las pocas personas de confianza de «El Jefe», Karina Milei, y por lo tanto el portador de la voz de La Rosada en Capital Humano. A veces, incluso, con más peso que la propia ministra, Sandra Pettovello. Ese es su principal valor y lo hace constar.

Según pudo saber este portal, Menem se apoya en algunos conocedores de los pasillos sindicales a la hora de definir diferentes situaciones. Se habla, con insistencia, de algunos dirigentes que en su momento estuvieron cercanos al macrismo y que ahora lo aconsejan y le hacen las veces de GPS gremial. «Él no está metido en el tema, pero lo asesoran. A veces muy mal».

En nombre de Karina, un "Lule" Menem empoderado ya toma todas las decisiones clave de la Secretaría de Trabajo

Lo sorprendente es el rol secundario al que empujan a los funcionarios. «Julio Cordero es un ejecutor con escasa autonomía, pero las decisiones se toman en otro lado y la orden llega vía Menem», señalaron fuentes ministeriales.

El rol de Menem, ahora importante en el armado territorial de La Libertad Avanza pensando en las elecciones legislativas de 2025, ya se había visibilizado cuando empezaron a haber movimientos de funcionarios. En los últimos desembarcos, entre los constantes cambios de la Secretaría de Trabajo, se notó su injerencia.

Menem, con despacho en La Rosada, se convirtió además en uno de los puentes silenciosos con una porción del universo sindical. Como Guillermo Francos y Lisandro Catalán, se posicionó como interlocutor válido con el círculo más íntimo de los Milei, aunque escasas veces puede conseguir alguna respuesta ante los requerimientos.