En medio de los reacomodamientos que comenzaron a darse dentro de la CGT de cara a la posible renovación de autoridades de fin de año, con los Moyano y sus aliados buscando desafiar a la actual conducción, uno de los mayores interrogantes es qué posición adoptará el siempre impredecible líder de los Gastronómicos, Luis Barrionuevo, que encabeza la línea interna conocida como «CGT Azul y Blanca».
Los «gordos» -Héctor Daer (Sanidad), Armando Cavalieri (Comercio) y Rodolfo Daer (Alimentación)- y los «independientes» -Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Marínez (UOCRA) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias)- encarnan el sector «dialoguista» que busca retener la conducción de la central.
Mientras tanto, Pablo Moyano viene juntando voluntades en los grupos más «combativos» para desafiar a la actual cúpula, entre ellas una alianza con la Corriente Federal que lidera Sergio Palazzo (Bancarios) y un reciente y resonante acuerdo con Sergio Sasia (Unión Ferroviario) y el grupo de gremios que encabeza, denominado SEMUN (Sindicatos en Marcha para la Unidad Nacional).
En ese contexto, aún se desconoce qué hará Barrionuevo, es decir si mantendrá su apoyo a la actual conducción, de la cual forma parte a través de su delfín Carlos Acuña -uno de los dos secretarios generales junto a Héctor Daer- o bien pegará un volantazo y se acercará a los Moyano.
Tiempo atrás habían surgido versiones de un supuesto malestar de Barrionuevo con el resto de la conducción cegetista, pero esto fue desmentido por dirigentes de su entorno.
«Está bien la relación de Luis con la conducción de la CGT. Pueden no coincidir en algunas cosas, pero está bien», reveló a NA un sindicalista de su confianza.
Ese posible malestar alimentaba las chances de que el gastronómico ensayara uno de sus característicos movimientos sorpresivos y volviera a compartir espacio con los Moyano, lo que implicaría aportar sus congresales para la candidatura del hijo mayor del camionero y complicar a la actual conducción en su afán de retener el control de la central.
Pero ese escenario no se observa muy probable: el fuerte alineamiento del camionero con el oficialismo atentaría con un acercamientro de Barrionuevo, quien dentro de la CGT viene mostrando la postura más distante a la gestión de Alberto Fernández.
La anterior experiencia de Barrionuevo y los Moyano dentro del mismo grupo cegetista se dio entre 2012 y 2015 cuando los camioneros rompieron su relación con Cristina Kirchner, pero hace dos años recompusieron su vínculo con ese espacio político, del que el gastronómico, en cambio, siempre se mantuvo como un férreo detractor.
Otra alternativa que podría explorar sería la de hacer «rancho aparte» y replegarse con sus aliados en su CGT Azul y Blanca, tal como hizo entre 2007 y 2011.
No obstante, Barrionuevo desde hace varios meses se mantiene en silencio, sin hacer declaraciones ni apariciones públicas, por lo que aún no da pistas sobre los pasos que podría seguir de cara al nuevo reordenamiento de la CGT.
«Es un poco prematuro todavía para hablar de las elecciones de la CGT. Primero hay que esperar que en agosto se cumpla la suspensión de todas las elecciones gremiales (que dispuso el Ministerio de Trabajo a raíz de la pandemia) y recién ahí se verá si no hay otra prórroga de esa disposción y está todo dado para hacer la renovación de autoridades», indicó a Noticias Argentinas una fuente cercana al gastronómico.
Y agregó: «Luis está muy ocupado con todo el despelote que tiene (en referencia al impacto de la pandemia en lo que refiere a cierres y despidos en el sector gastronómico). No está como para hablar de otras cosas».