(Por Pablo Maradei) El Ministro de Economía, Sergio Massa, se reunirá con la cúpula de Azopardo. Antes, aceitó la entrega de recursos para la salud y subió el tope para la percepción de asignaciones familiares. En la cumbre, que aspira tener un tinte político electoral, amenaza con colarse la situación de las Obras Sociales: «Un 80% no se autosustenta y depende de los aportes del sindicato y el Estado», explicaron.
Sergio Massa preparó el terreno para que la reunión con la CGT lleve un cauce para ser un intercambio de ideas y de discusión política con vistas al escenario electoral. La cocina previa tuvo que ver, como anunció este jueves el ministro de Economía, con elevar el techo salarial para que más familias puedan percibir la Asignación Familiar al empardarlo con el piso de Ganancias, de 404.000 pesos: de esa manera 900.000 chicos ingresarán al sistema. Un guiño a Pablo Moyano que lo viene pidiendo para todos los trabajadores registrados. También pide que se derogue Ganancias, pero tanto no se puede conceder.
También como adelantó este medio, el tema de las obras sociales se destrabó y se espera la llegada de plata fresca al sistema: a los 4.000 millones de pesos recibidos se le adicionará una suma similar aunque un poco mayor.
De esta manera, desde el entono de Massa creen que se allana el camino para hablar del capítulo paritarias 2023 y de la situación político económica. Aunque el tema salud, algo más incómodo siempre, promete emerger.
Un experimentado sindicalista aportó este dato con conocimiento del terreno: el sindicato de Estacioneros aporta a su obra social el 30% del dinero para que funcione. «En ese sentido, y más grave aún, puedo decir que un 80% de las obras sociales no se autosustenta y depende de los aportes del sindicato y el Estado», grafica.
Sin embargo el panorama económico en las estructuras de las obras sociales, siempre según dos dirigentes consultados, es acuciante.
«Hoy las obras sociales no reciben dinero de la Superintendencia de Servicios de Salud para los tratamientos de alto costo», explica uno de ellos; y agrega: «El 70% del Fondo de Redistribución se lo lleva el rubro Discapacidad; y además las obras sociales pagan el transporte y la educación; está todo a cargo de nosotros». Y completa: «Hay un reclamo de la CGT de que la parte de Educación la pague la cartera de Educación y la parte de Transporte la pague el Ministerio de Transporte».
Un dirigente vinculado al sistema de salud explica en números la situación crítica: «Un Implante coclear (es un dispositivo para mantener la audición) se le pone a los chicos antes de los 8 años; de esta manera si se hace antes de esa edad, el chico puede ir al colegio normalmente y cada cierto tiempo hay que hacerle un mantenimiento al dispositivo». Sigue: «De un implante coclear que cuesta 25.000 dólares y se pagan en dólares, la Súper reintegra 900.000 pesos. Esto es lo que no se puede actualizar porque el Fondo no tiene dinero. Según la envergadura de la obra social puede hacer frente o no a esto; más todo lo que pueda llegar a tener que cubrir». Concluye: «La situación es crítica».
Finalmente, un presidente de una obra social «saneada» aporta lo suyo: «Por más que se reparta todo el Fondo de Redistribución no alcanza para cubrir el sistema; son décadas de atraso y no actualización de valores».