(Por Pablo Maradei) La CGT tendrá una reunión del Consejo Directivo este jueves, en un momento histórico clave que le toca atravesar al movimiento obrero organizado. Pese a que la crisis política y económica la deja con un protagonismo renovado, la central no supera sus internas ni tiene una estrategia clara frente a un Gobierno sin interlocutor válido para negociaciones. Fuentes consultadas por InfoGremiales plantean que «hay que pensar y repensar con qué herramientas contamos para generar un verdadero golpe de efecto».
Este jueves se reunirá el Consejo Directivo de la CGT en el que se espera la concurrencia de todas las facciones que integran el movimiento obrero. Nuevamente y como es natural hay divergencia en las posturas a tomar con miras a realizar una movilización el 1º de mayo: al avanzar con esto serviría para descomprimir la presión interna y patear para más adelante un paro general.
Podrían también este jueves acompañar la conferencia de prensa con un comunicado más liviano que muestre el paisaje de cómo la situación económica está dañando al trabajador. Sin interlocutores válidos en el Ejecutivo, algunos dirigentes sindicales vienen manteniendo reuniones muy bajo perfil con el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem: «Entiende la lógica de funcionamiento del sindicalismo», explican; aunque guardan en secreto lo que se trata en esas conversaciones. También, por supuesto, en estas reuniones también se habla del termómetro en el Congreso de la Ley Bases.
Con vistas a la reunión de la CGT, los que picaron en punta fueron los gremios alineados con el barrionuevismo: hasta pidieron la renuncia de Héctor Daer acusando a los Gordos e Independientes de cortarse solos y jugar al «sálvese quien pueda«. Fue hace unos 10 días en Parque Norte. Pidieron un Plenario de Secretario Generales «para escuchar todas las voces» y consiguieron una reunión de Consejo Directivo. En este sector van de frente contra el Gobierno, además de Luis Barrionuevo y su alter ego, Carlos Acuña, Omar Maturano (La Fraternidad) y Roberto Fernández (UTA); ambos nucleados en la UGATT. Para distinguirlos van de frente contra el Gobierno, pero no quieren saber nada con todo aquello que huela a moyanismo y sus gremios satélites K. «Hasta metieron a los metrodelegados en la CATT, que es un gremio de la CTA, que nunca fue parte de la CGT», tira con saña uno de los que aportó su mirada para esta nota.
Justamente, el segundo bloque confrontativo lleva a la cabeza a Pablo Moyano, adjunto de Camioneros y secretario general de la CGT: ya pidió paro y todo lo que pueda ser una medida de fuerza. Tiene un componente adicional: el ministro de Economía aseguró que no homologará la paritaria del sector. Tienen pactado con las cámaras 25% en marzo y 20% en abril. Es cierto que la estructura de gremios que movía el moyanismo, conocida como Fresimona y creada en 2018 durante el macrismo, tampoco está activa. En este sector juegan los sindicatos industriales, UOM y SMATA; ambos golpeadísimos por la crisis económica.
Finalmente el sector que por lo general impone la cautela y pisar con pie de plomo: los Gordos e Independientes. De hecho, Comercio, el gremio que lidera Armando Cavalieri, viene de cerrar una acuerdo paritario trimestral llevando el sueldo básico a los 756.000 pesos
Pero ese antecedente poco impacto puede tener con el escenario que tienen otros sectores como la UOM, que no logran consensuar con los empresarios.
Aunque por lo general se llega a la reunión de Consejo Directivo con muchas cosas cocinadas, no parece ser este el escenario por la cantidad de frentes de pelea que tiene la CGT y «el poco margen de ser escuchados por el Gobierno; por más protestas que hagamos», dice uno de los de este espacio. Y agrega: «Hay que pensar y repensar con qué herramientas contamos para generar un verdadero golpe de efecto«.