(Por Jorge Duarte @ludistas) Cada vez suena con más fuerza el nombre de Juan Manzur como aglutinante de los respaldos de la cúpula cegetista. Esta semana lo postularon para una fórmula con Massa y Héctor Daer viajó a Tucumán para llenarlo de elogios. ¿El candidato de Azopardo?
Que Juan Luis Manzur, el Jefe de Gabinete de Ministros, es uno de los dirigentes predilectos de la dirigencia sindical no es ninguna novedad. Desde hace años Tucumán se convirtió en un lugar al que suelen asistir referentes gremiales para tener sus roscas de alcance nacional y sus cónclaves con el PJ como centro del debate.
De hecho, antes de la incorporación de Manzur al Gobierno InfoGremiales había relatado la constante peregrinación de los pesos pesados del mundo sindical por el despacho del por entonces gobernador.
Esa buena sintonía no cambió. El hecho de que el tucumano se haya instalado en Buenos Aires buena parte de la semana lo convirtió automáticamente en uno de los puentes más sólidos con la zigzagueante gestión de Alberto Fernández.
Ahora, con la CGT pensando en los comicios de 2023, y tras haber lanzado su propia Corriente Político Sindical para tratar de colar candidatos en las listas del PJ, Manzur se convierte en un número puesto de la cúpula de Azopardo.
«Mi candidato es Juan Manzur. Yo creo que Manzur también tiene equipo, tiene relaciones, tiene vínculos. Se tiene que buscar una síntesis. Que la fórmula sea Massa-Manzur o Manzur- Massa, que sea una síntesis de lo que necesitan y solicitan los gobernadores, el movimiento obrero, el empresariado, los vínculos con organismos internacionales», dijo hace algunos días el diputado nacional y dirigente de la Bancaria, Carlos Cisneros.
La posición de Cisneros, que el 17 de octubre estuvo en Obras Sanitarias a diferencia de Sergio Palazzo que ocupó un lugar en el escenario de la Plaza de Mayo, no es un hecho aislado. Parece resumir el sentir de buena parte de sus compañeros.
«Quiero felicitar a Juan Manzur, que no solo está a cargo de la jefatura de Gabinete nacional, sino que presta atención a las necesidades del norte argentino, que tienen un valor indispensable a la hora de pensar la Argentina del futuro», tuiteó ayer el cotitular de la CGT Héctor Daer.
El dirigente de Sanidad, uno de los que suele tener dialogo fluido con Manzur, lo llenó de elogios y no casualmente habló de las elecciones que se aproximan: «Le agradezco a él (Manzur) y a todo su gabinete por recibirme en la Casa de Gobierno para ser parte de este acto tan importante. Sostengo que la unidad del peronismo tiene que ser indisoluble, de cara a un 2023 en el que juntos podamos seguir construyendo el país que queremos».
Por sus gestos descontracturados, por su ascendencia turca, por su carisma y por su referencia geográfica, son muchos los que lo comparan con lo que fue la irrupción del joven Carlos Menem. Creen que es uno de los últimos caudillos angelados que pueden llegar desde el Norte, aún habiendo sufrido el desgaste del paso por el Gobierno de Alberto.
En Tucumán solían visitarlo Héctor y Rodolfo Daer, Carlos West Ocampo, José Luis Lingeri, Luis Barrionuevo, Carlos Acuña, Gerardo Martínez, Sergio Palazzo y muchos otros. También Víctor Santa María, que está construyendo un complejo hotelero y un centro de convenciones en el dique El Cadillal.
«El vínculo con los sindicalistas lo tejió mientras fue ministro de Salud de Cristina. No hubo ninguna intendencia, ninguna gobernación ni ninguna obra social que no haya sido auxiliada en su momento por Juan», explican quienes lo conocen. Su paso por el Gabinete de CFK fue desde 2009 a 2015. Un buen tiempo para cocinar relaciones duraderas.
Sus primeras experiencias y su formación como sanitarista también tienen origen en la zona metropolitana. Su mentor fue el matancero Alberto Balestrini y de allí también arrastra llegada a distintos referentes nacionales y un nexo muy peculiar con La Matanza, casualmente el corazón bonaerense del peronismo.
En 2019 Manzur dio el primer gran golpe sobre la mesa. Fue el dirigente que logró reunir a la CGT con Alberto, por entonces el candidato de Cristina al que todavía miraban de reojo, en la sede de Azopardo. Luego los llevó a todos a Tucumán y los subió al escenario en un acto repleto de liturgia peronista. Veremos si en 2023 puede dar otro paso.