(Por Pablo Maradei) Se trata de Rubén Ramos, secretario general de la Asociación Gremial de Abogados del Estado (AGAE). Con estructura propia y fuera de los espacios más tradicionales de la abogacía busca renovar los aires de esa institución de relevancia y alto presupuesto.
Con casi abogados 100.000 matriculados y 70.000 en condición de votar, este martes 16 de abril, de 8 a 18 horas, tendrán lugar las elecciones en el Colegio Público de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires (CPA) en las que se elegirán sus autoridades (miembros del Consejo Directivo, Tribunal de Disciplina y Asamblea de Representantes). Se disputan la conducción el actual titular del CPA que va por su reelección, Ricardo Gil Lavedra, el ex camarista del Juicio a las Juntas (Unidad en Defensa de la Abogacía). Sus contrincantes son: Patricia Trotta por Gente de Derecho que a su vez es la actual vicepresidente de Gil Lavedra y quien se pasó a las huestes de Jorge Rizzo, el histórico dirigente que gobernó dicha institución durante 15 años. Y finalmente, Rubén Ramos, quien viene armando una campaña desde hace dos años con la lista Espacio Abierto de la Abogacía.
Asumirán en mayo y los mandatos duran dos años.
Si ponemos en pesos lo que está en juego es una millonada: el último presupuesto aprobado para el funcionamiento fue de 4.200 millones de pesos. Ese dinero sale del pago de la matrícula anual que paga cada abogado para ejercer su profesión en el ámbito de CABA y está en 84.500 pesos; además cada vez que se inicia un proceso judicial se paga un bono que es variable.
Ramos se prestó a este intercambio con InfoGremiales:
– ¿Qué hace el Colegio con semejante Presupuesto?
– Una parte importante se va en sueldos ya que hay más de 200 empleados y el mantenimiento de edificios. Nosotros venimos cuestionando cómo se utiliza ese dinero porque nos dieron el Presupuesto cerrado y no se ve bien para dónde va esa plata. Sì te puedo decir que de los 4.200 millones de pesos, 200 millones se van en Seguridad, 120 millones en limpieza; y 400 millones en sistemas informáticos. Una de nuestras propuestas es reconvertir el uso del Presupuesto.
– Un ejemplo…
– Nosotros estamos planteando reconvertir las tareas de los profesionales que se desarrollan dentro del Colegio, sin despedir a nadie; siempre con mi perfil gremial vamos a defender los puestos de trabajo. Te cuento: después de la pandemia, nuestra actividad cambió un montón porque a los Tribunales no va nadie, el Colegio está vacío: no podés seguir con la misma lógica que antes de la pandemia. Nosotros tenemos dos problemas muy grandes: la Justicia te regula honorarios por debajo de lo que marca la ley; y después la cantidad de tiempo que tarda la Justicia en resolver problemas: queremos armar una APP de denuncias para sanear estos problemas. Esto ya de por sí reconvertirá la labor de los trabajadores.
– ¿Cuál es el posicionamiento político de las tres fuerzas que se presentan?
– Primero te digo que nosotros tenemos un armado en una agrupación que es lo más parecido a un sindicato. Repliqué el esquema de AGAE para ir al Colegio Público de Abogados; esto es que es transversal. Juntamos independientes que no son militantes políticos, lo que no quiere decir que tengan sus inclinaciones políticas como podemos tener todos. A nosotros como gremio no nos importa cómo piensen políticamente nuestros afiliados porque tenemos una idea de trabajar con ellos con las necesidades que tienen en el Estado. Esta agrupación es pluralista, conformada por abogados independientes y del Estado. La defensa que llevamos adelante es para con el abogado que menos recursos tiene; son los que se ganan el mango todos los días pateando los Tribunales.
Después hay dos listas representadas fuertemente por la política. Juntos por el Cambio está representado por Gil Lavedra. Ahí juegan tanto el Gobierno de la Ciudad como el Nacional que están actualmente ejerciendo el Poder Ejecutivo. También está el radicalismo que tiene mucha estructura. Y después tenés bien a la derecha, en el viejo Colegio de Montevideo que representa a los libertarios. Por la lista de Gente de Derecho tenés un verdadero rejunte: de Francisco Oneto, que es de la Libertad Avanza, a Marcelo Parrilli que es de la Izquierda; también pone sus fichas el PJ Capital. Cuando Rizzo pierde la última elección del Colegio sabía que perdía contra Gil Lavedra y se pegó al PJ y quedó muerto el discurso que venía diciendo. Y ahora se da la paradoja que la actual vice de Gil Lavedra es la candidata a presidenta de Rizzo, de Gente de Derecho. En definitiva, se armó una lista solo para llegar al Colegio. Nosotros venimos trabajando con una plataforma electoral.
– ¿Cómo viene el tema de los despidos en los abogados del Estado?
– Nosotros estuvimos todo el verano en alerta por lo que AGAE siguió de cerca el proceder de los despidos en el Estado para defender a nuestros despedidos. Pusimos los abogados del gremio a trabajar en cada uno de los despidos; como así también hicimos presentación en el CAP para que se expida, lo que no hizo. También le pedimos que forme parte de la defensa de los colegas que están siendo despedidos de la administración pública.
– ¿Cómo estás viendo el manejo de los despidos de abogados estatales?
– Primero te cuento que un abogado del Estado cobra 400.000 pesos. Luego, vemos con suma preocupación todo este proceder porque no hay una línea. La gran problemática es que no se toma la misma lógica para despedir en los organismos. Hay colegas que están hace 20 años con un régimen de contratación. Pero en el Estado en general al tomar cualquier trabajador tenemos un problema estructural que no se resolvió con los gobiernos anteriores y esto tiene que ver con el poco gremialismo que se hace en las dependencias. Si hay una persona que está hace 20 años contratada, ¿de quién es el problema? Del sindicalismo. Hoy estamos en el lugar que estamos porque no se hicieron las cosas como se debieron haber hecho. Hay una deshumanización muy preocupante porque hoy todoo somos un número.
A tal punto llega esa deshumanización que cuando hicieron la revisión de legajos había una colega con cáncer y de licencia y la despidieron. Como digo esto, también señalo que no es todo lo mismo, es muy distinto despedir a alguien que va a trabajar del que no lo hace.