En mayo del año pasado, el dirigente gremial de Atucha Nestor Damian Straschenco, denunció haber sido envenenado mediante una botella de agua que utilizaba habitualmente en su oficina gremial, con niveles de radiación superiores a los que admiten los protocolos de seguridad para cinco años de exposición, en un caso sin precedentes registrado en el complejo nuclear.
Straschenco, secretario adjunto del Sindicato de Luz y Fuerza de Zárate, había recibido 132 milisieverts, una unidad que mide dosis radiactivas, en un atentado contra su vida en el interior de la planta que opera la empresa Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima (NASA).
Según la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN), un trabajador de las centrales atómicas que funcionan en el país (Atucha I, Atucha II y Embalse) no puede superar los 20 milisieverts en todo un año y los 100 milisieverts en un quinquenio» sin poner en grave riesgo su salud.
Ahora, luego de que la justicia lo acusara de haberse envenenado a si mismo, el juez Federal de Campana dispuso su procesamiento y trabó embargo por 5 millones de pesos al dirigente sindical Straschenco, al considerarlo responsable del delito de sustracción de material radiactivo y sabotaje. Insólito.
Fuentes judiciales informaron que la medida fue dispuesta por el juez federal Adrián González Charvay en un fallo en el que también dictó el procesamiento y embargo por 4 millones de pesos de Ramón Horacio Almirón, químico de la Central Nuclear Atucha I, por considerarlo de los mismos delitos imputados a Straschenco.
Para el juez González Charvay está «debidamente acreditado» que Straschenco y Almirón «sustrajeron material radiactivo o sustancias nucleares, específicamente agua producto del proceso del agua pesada en su paso por el núcleo del reactor nuclear».
«Dicha agua fue ingerida luego por el nombrado Straschenco con el fin de activar las alarmas de los sistemas de seguridad de las Centrales Nucleares Atucha I y II y evidenciar la vulnerabilidad de los mismos, para con ello demostrar las fallas de seguridad, en momentos en que se estarían llevando a cabo tratativas para la conformación de las Plantas Nucleares Atucha III y IV», explicitó el magistrado, en un fallo que tomó por sorpresa a los denunciantes.
En su denuncia original, Straschenco aseveró que «alguien le contaminó la botella personal en la que tomaba agua para con esos elementos para provocarle un daño grave que le podrían generar un cáncer u otras enfermedades».