(Por Pablo Maradei) La jornada laboral legal tiene, en Argentina, casi 100 años. El debate sobre su vigencia es casi una obviedad, aunque la coyuntura electoral lo convierte en parte de la lucha voto a voto. InfoGremiales repasó las posiciones de todos los actores en una discusión que promete varios capítulos.
En plena campaña electoral resurgió el tema de la reducción de la jornada laboral que busca modificar la Ley 11.544 y que lleva 94 años de vigencia. La iniciativa impactó en el debate político de diferente manera: Con siete proyectos en carpeta (5 de Unión por la Patria, 1 de la Izquierda y otro del Socialismo), la sindicalista y diputada oficialista Vanesa Siley, presidenta de la Comisión de Legislación del Trabajo, introdujo el debate planteando la necesidad de «modernizar y actualizar la legislación laboral, que cumpliría dentro de cinco años un siglo» y considerando que «cuando se habla de reformas laborales frente a la tecnología, el cambio en las relaciones laborales, hablamos también de este derecho fundamental que es la jornada laboral».
La Ley 11.544 establece esa carga horaria de manera genérica, pero, por supuesto, se puede trabajar más y eso es lo que se conoce como horas extras y por las que el empleador paga un adicional.
La situación actual da cuenta de que por ley en la Argentina está estipulado que la jornada laboral legal es de 48 horas semanales. En Latinoamérica la situación es la siguiente: mientras que Uruguay, Paraguay y Bolivia tienen la misma reglamentación, Brasil contempla 45, mientras que México y Chile -recientemente- la redujeron a 40 horas semanales.
Las posiciones de los distintos referentes de los espacios consultados para este especial varían en dos bloques: los que la rechazan y la ven como un oportunismo político (JxC y los libertarios), mientras en la vereda de enfrente, y con diferentes matices, la promueven. El sector empresario, en cabeza de Daniel Funes de Rioja, la rechazó de plano.
Así las cosas, se abrió una grieta en el movimiento obrero: en el Coloquio de IDEA se escuchó la voz disonante de Gerardo Martínez: el titular de la UOCRA dijo en Mar del Plata ante los empresarios que «no era el momento para su tratamiento» y más grave aún que las empresas «se radicarán en Brasil». En OFF un dirigente muy prudente y de esa línea dentro de la CGT lo desacreditó: «Lo dijo para quedar bien porque estaba rodeado de empresarios».
Las palabras sonaron a contramano de lo que viene pidiendo el sindicalismo a la clase política; de hecho, un día antes el cosecretario de la CGT, Héctor Daer, había sostenido su apoyo a la decisión de encarar una legislación nueva al respecto.
NdR: En el primer debate presidencial, la agenda laboral no fue un tema que se discutió entre los cinco candidatos presidenciales; al cierre de esta nota aún no había comenzado el segundo debate.