Mauricio Macri sostuvo que «el año que viene, después de un largo debate, habrá que trabajar sobre el tema de las escalas» al Impuesto a las Ganancias, lo que implica que esta adecuación no se trataría durante el período de sesiones ordinarias que comenzará el 1 de marzo próximo.
Las escalas son los rangos de ingresos que determinan la alícuota a aplicarse sobre el excedente que el trabajador tenga por encima del mínimo no imponible, y van desde 9 al 35 por ciento. Estas tasas con el paso del tiempo -fueron implementadas en el 2000-, quedaron desvirtuadas por falta de actualización ante la inflación, alejando al impuesto de la equidad y la progresividad.
Por ello, el ajuste de las alícuotas, tras la actualización del mínimo no imponible, era esperado por un importante número de asalariados y los sindicatos para el corriente año.
De no modificarse las escalas “después de las paritarias, la situación volvería a ser bastante parecida” a antes de la suba del mínimo no imponible a 30.000 pesos, ya que una recomposición salarial acorde a los actual o cualquier peso extra llevaría rápidamente a los sueldos medios a tributar la tasa máxima de 35 por ciento, dijo a Télam el tributarista Darío Rajmilovich.
“Hay que ajustar por índice salarial desde un punto histórico intermedio a cuando quedaron congeladas las escalas, que podría ser cuando comenzó a dispararse la inflación, en 2009, y aplicarles desde entonces el Coeficiente de Variación Salarial (CVS), lo cual las multiplicaría por 5 o 6”, agregó el especialista.
Remarcó que este ajuste es necesario sobre todos para los que ganan sueldos intermedios superiores a 30.000 pesos, “a los que no les sobra nada y que ante cualquier mejora salarial pasan rápidamente a pagar la tasa máxima”.
Rajmilovich resaltó que el mínimo no imponible en muchos países es menor que en Argentina, y en algunos “son muy bajos, pero las escalas son más progresivas y hasta tienen escalas más altas”.
Además, apuntó a las deducciones que permite el impuesto para reducir el pago, como las cuotas médico asistenciales, los intereses por créditos hipotecarios o las primas por seguro de vida, ítems que permiten descontar según topes fijos y también están congelados desde la convertibilidad.
“Para que Ganancias sea progresivo hay que actualizar las alícuotas y para que sea equitativo hay que introducir el ajuste por inflación”, porque “sino estamos haciendo un impuesto al ingreso”, dijo, por su parte, el tributarista Hugo Kaplan.
Según este especialista, todo el sistema impositivo “está desquiciado” a partir de que “el mayor tributo que se está pagando es la inflación”.
“No es solo la escala que hay que cambiar sino toda la estructura del sistema tributario, basada supuestamente en número nominales pero afectada por el proceso inflacionario. Se tributan impuestos nominales que deberían ser ajustados por inflación”, evaluó Kaplan.
En relación a Ganancias, sostuvo que la aplicación de las escalas lo convirtió en un “flat tax”, es decir un impuesto a tasa proporcional, por los que debería ser actualizado en base a la inflación, y consideró que el anuncio del aumento del mínimo no imponible “es apenas un parche”.
En coincidencia, Jorge Gebhardt, calificó esa modificación como “un paliativo” para este año en espera de una reforma más profunda del impuesto a las Ganancias, y apuntó a que un eventual aumento salarial de 30 por ciento dejará la situación de los sueldos en cuanto al pago del gravamen “igual que ahora”.
Para el tributarista César Litvin, la falta de actualización de las escalas hace que la mayoría de los trabajadores abarcados por el impuesto esté en el rango de la alícuota del 35 por ciento.