Empresarios y el sindicato de la construcción en Argentina esperan al menos 40.000 despidos en los próximos meses en el sector, debido a la parálisis que sufrirían muchas obras de infraestructura por la crisis económica que azota al país.
El derrumbe del sector ya había sido golpeado por un escándalo de corrupción que estalló con los «cuadernos de las coimas» en la obra pública durante el kirchnerismo. Pero esta recesión se ahondaría por la aceleración de la ya alta inflación, que provocó un desplome del peso frente al dólar.
Ante los temores de los inversores por la marcha de la economía, muchas empresas de construcción no logran conseguir el financiamiento necesario para avanzar con obras de infraestructura pactadas con el gobierno de Mauricio Macri.
“Los bancos se están retirando de financiar a las empresas de obras públicas. Creo que es por la preocupación del ajuste fiscal que llega a la obra pública”, dijo Gustavo Weiss, presidente de la Cámara de la Construcción, que agrupa a empresas como las gigantes Techint y Roggio.
“Es posible que haya 40.000 despidos o incluso más por el parate de la obra pública”, agregó Weiss.
Según datos privados del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC), hay más de 400.000 empleados registrados en el sector, que de todos modos suele tener un alto nivel de empleo informal.
“Estamos siguiendo de cerca la situación del empleo y los salarios en la construcción y trabajando en conjunto periódicamente con los representantes del sector”, dijo un portavoz de la Secretaría de Trabajo, sin responder directamente sobre las expectativas de despidos que tienen los empresarios.
“Habrá que ver en los próximos meses cómo evoluciona todo el tema del crédito, cómo evoluciona a partir del nuevo tipo de cambio el nuevo costo en la construcción”, agregó.
El peso se ha derrumbado cerca del 50% en lo que va del año debido a turbulencias en mercados emergentes y las dudas sobre el plan del Gobierno, lo que ahondó la recesión y echó más leña al fuego de la inflación.
“Todas las obras que estaban pensadas para empezar a funcionar y a desarrollarse en el transcurso de este año se pararon”, aseguró Gerardo Martínez, secretario General de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra) en una entrevista con La Nación.
También afirmó que los desarrolladores le comentan que «con este nivel de tasa conviene jugar a la timba financiera y no invertir en nada».
Es que junto a la caída de las escrituras y el freno de los créditos hipotecarios, la corrida cambiaria también provocó que se frenasen las obras públicas que se estaban pautando a través del sistema de participación público-privado (PPP).
«La mitad de los trabajadores de la construcción responde a la inversión pública y la otra mitad a la privada», dijo. Pero aclaró que en realidad la construcción afecta a 1.800.000 personas entre proveedores, gente de logística etcétera.
“Lo que avizoramos es que va a haber una caída estrepitosa, por lo que significan los recortes que está anunciando el Gobierno. Los anuncios son tétricos. A esto hay que sumarle la incertidumbre financiera y la falta de entrega de insumos que se está viendo en las obras públicas y en las privadas», lamentó.