(Por Jorge Duarte @ludistas) El impacto de Ganancias sobre los salarios empieza a golpear la actividad industrial. La automotriz Toyota paralizó este martes la producción por no conseguir operarios dispuestos a hacer horas extra. Es la quinta vez en el año que ocurre. Todavía no hay respuesta desde Economía al asunto.
El impacto de la cuarta categoría de Ganancias empieza a ser un problema cada vez mayor para los diferentes sectores de la economía. Por estas horas es el principal foco de conflicto en la tensa paritaria de los bancarios y también empieza a mostrar algunas señales de alarma en distintas actividades industriales.
Ese es el caso de la industria automotriz en la que el sindicato de mecánicos, SMATA, negocia paritarias trimestrales. Por la aceleración inflacionaria y la falta de corrección del tope a partir del cual se empieza a tributar, con el impacto de cada entendimiento salarial el peso de Ganancias sobre lo haberes es cada vez más importante.
De hecho, desde mitad del año pasado volvió a aflorar el fenómeno de los operarios que ya no están dispuestos a hacer horas extra. Mientras más se trabaja más se paga y muy rápidamente se pasa a los planos más altos de la escala.
Por ejemplo este martes, feriado de carnaval, Toyota tuvo que paralizar por completo su planta de Zárate en los tres turnos de producción. No encontró personal mínimo dispuesto a trabajar por la presión impositiva que les genera Ganancias. En definitiva, trabajan más, resignan sus días de descanso y terminan cobrando prácticamente lo mismo.
Toyota, que viene en un sostenido proceso de clara expansión de la producción y que en 2022 promocionó la apertura de un tercer turno laboral, ya atravesó por esta situación en 5 jornadas sólo en lo que va de 2023. Se trata de un boicot al crecimiento industrial del cual Economía ya está alertado.
Según explicaron fuentes consultadas de la planta, el proceso volvió a acelerarse en la segunda mitad del año pasado. Hasta el momento ni el SMATA ni ASIMRA, el gremio que representa al personal jerárquico, pudo encontrar una solución ni dar respuestas concretas de cómo saldrán del laberinto.
Entre los variados rumores que corren en la Zárate se habla de que se pacte una especie de reforma al convenio colectivo de trabajo para conseguir que los operarios tengan que presentarse a trabajar sí o sí los sábados o feriados y evitar que se detenga la producción. Sin embargo no hay certezas y se espera una definición estructural del Gobierno que pueda saldar la cuestión definitivamente.