En la secretaría no hay designaciones ni funcionarios que firmen ningún trámite. Sólo está Omar Yasin y figura como asesor. Desde los gremios acusan a Miguel Ángel Ponte, el ex funcionario macrista y hombre de Techint, de haber convencido a Sandra Pettovello de armar la Secretaría como si fuera una empresa y paralizarla. «Si alguien tiene una elección nadie la controla. Es un caos total».
Ya van 10 días y los efectos de la parálisis empiezan a sentirse cada vez con más potencia. Es que la Secretaría de Trabajo sigue virtualmente paralizada por lo que consideran «negligencia» de la súper ministra de Capital Humano, Sandra Petovello.
En estos 10 días Pettovello apenas nombró a «asesores administrativos» al frente de las secretarías de Trabajo, Educación, Cultura y Desarrollo Social que en muchos casos son autoridad de aplicación. Las funciones cotidianas todavía naufragan.
La sospecha de lo popes cegetistas es que la improvisación de Pettovello, que en una entrevista televisiva reconoció que no sabía que tenía que hacerse cargo de una cartera que en su interior contiene el funcionamiento de otras 4, es fruto del diseño «institucional» de un hombre de Paolo Rocca: Miguel Ángel Ponte.
De pasado en la gestión Cambiemos, Ponte se desempeñó como director de Recursos Humanos de Ternium Siderar, una de las firmas del Grupo Techint.
«Ponte es el que la convenció de hacer una estructura de empresa en la Secretaría, con gerentes regionales y entonces ahora nadie tiene firma», se quejó un basto conocedor de los pasillos de lo que fue el Ministerio de Trabajo.
«Hoy la Secretaría de Trabajo no puede designar veedores, no hay directores, no salen certificaciones de autoridades. Si alguien tiene una elección nadie la controla. Es un caos total», agregó.
La decisión de Pettovello de nombrar «asesores» ya había hecho ruido. Se trata de una determinación que puede complicar el funcionamiento de la gestión de la nueva ministra. Es que por más que cada área se haya bajado a Secretaría, Pettovello debería haber nombrado a Secretarios de Estado y no a meros asesores administrativos.
Es que en cada una de las áreas surgen miles de situaciones por resolver diariamente y para ello, se necesita de la decisión y la firma de una autoridad competente que un asesor no tiene y convertirían en nula cualquier resolución porque no va a tener esa facultad.
A modo de ejemplo, el Ministerio de Trabajo, por más que se lo convierta en Secretaría, es autoridad de aplicación de casi cien leyes que no puede tener un asesor a cargo y obliga a la ministra a tener que firmar todos los documentos porque los funcionarios nombrados están impedidos de rubricar cualquier documento oficial.