Se trata de un «funcionario sin cargo» que mantiene un vínculo sólido con Sandra Pettovello. Ingresó a trabajar en Recursos Humanos del Grupo Techint en la última dictadura e hizo toda una carrera en la firma de Paolo Rocca. Ahora fue el ideólogo de los recortes en la Secretaría de Trabajo.
En la secretaría de Trabajo el miércoles a última hora se notificaron 520 cesantías. Impactaron de lleno en todo el organismo y abarcaron a trabajadores de más de 20 años de antigüedad (algunos a meses de su jubilación), ingresos mediante el cupo laboral travesti-trans, personas con discapacidad, trabajadores con problemáticas de salud, entre otros cuadros críticos.
El ajuste, que afectó severamente a las Agencias Territoriales de todo el país y áreas como Formación Profesional, Encuesta de Indicadores Laborales, Igualdad Laboral, Discapacidad, entre otras, para los conocedores de los pasillos sindicales tiene un nombre y apellido: Ernesto Rona.
Rona, un «funcionario sin cargo» que fue empoderado por la propia ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, fue quien empuñó la motosierra.
De perfil infinitamente más bajo que el del secretario de Trabajo, Julio Cordero, Rona comparte con este último su origen: ambos llegan apalancados por el poderoso Grupo Techint del ahora libertario Paolo Rocca. De hecho se desempeñó durante 38 años como responsable de RRHH de Techint.
Rona ingresó al cargo en mayo de 1978, mientras Techint tenía una relación de promiscuidad con la última dictadura cívico militar.
En el pasado cercano, Rona fue funcionario de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires. Ahí se encargó de aplicar un sistema de control de presentismo para los docentes.
Ahora, mientras se promociona como consultor independiente, desde Trabajo lo señalan como quien gatilló los despidos que comenzaron a llegar el miércoles a última hora para evitar protestas masivas dentro de los edificios.